Este viernes llega a nuestras salas Elvis y Nixon, una comedia basada en hechos reales sobre el encuentro de estos dos personajes influyentes en la historia americana, cada uno en su propio terreno por supuesto.
En Diciembre de 1970 Richard Nixon recibió al Rey del rock en el despacho oval, ya que Elvis superado por las circunstancias de su país y agobiado por los problemas de drogadicción que el país sufría por aquella época quiso colaborar en ello de manera activa con el Gobierno. Y no se le ocurrió otra cosa que presentarse en la Casa blanca para pedirle a Nixon, que le obsequiase con una placa de agente federal autónomo (como él dice) para infiltrarse en las bandas de rock y luchar contra el tráfico de drogas desde dentro.
La película parte de esta simple y sencilla premisa para crear una comedia corta, simpática y eficaz aunque algo olvidable debido la extremada simpleza de su punto de partida. Elvis y Nixon funciona gracias a dos actores entregados y divirtiéndose en sus papeles y a un puñado de escenas llenas de un humor surrealista que resultan verdaderamente divertidas y desternillantes.
Aunque el esperado encuentro se hace de rogar y ocupa el tercer acto del film, la película tiene buen ritmo y entretiene debido al humor y situaciones absurdas puestas en pantalla. También ayuda que la película no pase de la hora y veinte, ya que resulta la duración perfecta para este tipo de film. Pero si por algo merece la pena ver esta película y una vez terminada, resulta lo más memorable, es por el Elvis de Michael Shannon.
Si es cierto que Shannon no se parece demasiado físicamente al rey del rock, pero lo disimula muy bien brindando una hilarante y desternillante actuación a la altura del humor de la película. Sus gestos, sus ticks aunque a veces resulten exagerados acaban por sacarte unas risas, y es que todas sus escenas, sobre todo cuando entra en la Casa Blanca y le inspeccionan o su encuentro con Nixon, resultan lo mejor de esta curiosa comedia.
En cuanto al señor Spacey como Nixon, obviamente cumple con creces en su representación del 37ª presidente de los Estados Unidos, pero muchas veces recuerda demasiado a nuestro político favorito, Frank Underwood de House of Cards. Lo dicho, cumple con el papel pero a veces parece que estas más viendo a Frank que a Nixon. En cuanto a secundarios, destacar a Colin Hanks (cada vez se parece más a su padre en todo) y Evan Peters como los consejeros de Nixon, ambos dando la talla en sus pequeños papeles. Por otro lado la banda sonora supone una buena elección de temas musicales de aquella época, la cual hace el visionado de la cinta más dinámica.
Elvis y Nixon no estará a la altura de otros grandes biopics de temas políticos, pero aunque a simple vista lo puede parecer, el film no pretende en ningún momento ser eso, sino ser una comedia simpática y eficaz que ofrece una series de desternillantes escenas a modo de respuesta sobre lo que pudo haber pasado el día que se tomó esa crucial foto. Una comedia simpática pero algo floja a la que merece la pena acercarse sobre todo, por el recital de Shannon como Elvis, simplemente hilarante.
Nota: 6,5/10
Por @Fasspitewan