IDIOCRACIA, UNA COMEDIA IDIOTA MUY INTELIGENTE
Lo confieso: si bien me gustan las películas bien hechas y con una buena historia que te haga pensar como diría cualquier cinéfilo gafapasta… mis gafas en realidad son metálicas (no me gusta ver el marco grueso de pasta en mi campo de visión), y también me encantan las comedias descerebradas que te hacen pasar un buen rato riendo sin pensar en nada. Y cuando ponen en la tele una de esas, por lo general la dejo puesta para echar unas risas prestándole atención a medias mientras hago cualquier otra cosa, como leer un libro o un cómic, o poner un poco al día mis redes sociales.
Pero de vez en cuando, de la forma más insospechada, surge una comedia idiota que tiene algo especial, algo más de lo que parecía ofrecer en principio, que me hace dejar lo que estaba haciendo y prestarle toda mi atención a la película. Y si encima al final la película, después de una buena ración de risas a base de idioteces, te hace hasta PENSAR… pues oye, parece que hemos encontrado otra joya que recomendar a los amigos… y ahora que tengo la oportunidad, rescatarla del injusto olvido en el que está para que la conozcan los amigos del blog. Éste es precisamente el caso de IDIOCRACIA.
¿El hombre de Vitruvio? Pues va a ser que en Idiocracia el concepto va a cambiar un poco…
Idiocracia es una comedia de 2006 dirigida por Mike Judge, con guión del propio Mike Judge y Etan Cohen. Responsables ambos de auténticas joyas del humor gamberro y descerebrado como Beavis & Butthead, El Rey de la Colina o Padre Made In USA, por poner algunos ejemplos. Con estos antecedentes, uno puede ya imaginarse el tipo de humor que va a encontrar en Idiocracia. Si además descubrimos que son también los artífices de la magnífica y recomendable Silicon Valley en la actualidad, ya podemos sospechar que vamos a encontrar también ironía inteligente entre tanto chascarrillo de humor grueso. Y vaya si la vamos a encontrar a poco que queramos ver más allá del (divertidísimo) envoltorio aparentemente descerebrado de la película, y prestemos atención al mensaje que quiere transmitirnos. Porque sí, amigos; aunque no lo parezca, nos encontramos con un raro caso de comedia simplona con mensaje. Algo tan poco común, como sinceramente agradecido. Y en este caso, injustamente ignorado y olvidado (algo que explicaré al final, y que quiero remediar con estas líneas).
Siendo de los padres de estos dos, ya sabemos qué esperar… pero además en Idiocracia hay mucho más.
Entremos en materia. La divertida historia que propone Idiocracia parte de esta, a priori, tan estrambótica como original propuesta (sinopsis oficial de Filmaffinity):
Tras un experimento militar fallido, el oficial Joe Bawers (Luke Wilson) y la prostituta Rita (Maya Rudolph) despiertan quinientos años adelante en el futuro, en un mundo distópico en el que la selección natural ha favorecido a los más idiotas, debido a que se reproducen más. Esto ha resultado en una humanidad estúpida e ignorante, de modo que Joe descubre que es el hombre más inteligente del planeta. Pronto se convierte en un cercano consejero del Presidente de los Estados Unidos, el excéntrico Camacho (Terry Crews).
Un experimento de conservación de humanos va a mostrar… lo mal que se conserva la humanidad.
Una historia muy curiosa que, cuando empezaba a ver la película, no sé por qué me recordaba de repente al inicio de la genialísima Futurama, cuando el repartidor de pizzas Fry es congelado por accidente y despertado en un surrealista futuro… Tal vez tenga algo que ver que, curiosamente, el doblador del protagonista Luke Wilson es el mismo que dobla a Fry en la serie ¿Casualidad, o intencionado? Quién sabe…
El caso es que, a medida que avanza la peli asaltándote con un chiste grueso (pero muy divertido) tras otro sin dejarte casi respirar, empiezas a ver paralelismos entre las absurdas propuestas de futuro que plantea (que no voy a detallar por no spoilear la diversión) y lo que puedes ver en tu entorno hoy en día que te hacen pensar. Porque, por ejemplo… ¿Cuántas veces nos hemos quejado de que la programación de ciertas cadenas parece hecha para tontos, o para atontar al personal? Pues aquí vamos a poder ver qué pasaría dentro de 500 años si seguimos por ese camino. Y lo de la televisión es solo un ejemplo, que igualmente podríamos pensar en la educación, las técnicas de marketing, etc. Insisto en que no quiero spoilear, y me está costando mucho: ¡Me encanta esta película con todos sus detalles!
Si creías que Sálvame o MYHYV era tocar fondo… espera 500 años y verás.
El futuro que pinta es desolador. Y el caso es que también, por absurdo que parezca al estar retratado de forma (insisto) tan absurda y divertida en esta comedia enloquecida, es perfectamente plausible visto el camino que llevamos. Recuerdo ahora a mi admirado Isaac Asimov que en su día demostró ser, además de un gran científico divulgador y escritor de ciencia-ficción, todo un clarividente cuando predijo en una de sus maravillosas historias que con la llegada de máquinas asequibles de calcular, la gente con el tiempo perdería la habilidad de calcular al apoyarse demasiado en las máquinas y dejar de esforzarse mentalmente hasta en los cálculos más sencillos.
Conceptos como éste, o el creciente influjo que las grandes corporaciones ejercen sobre nuestras vidas y hasta sobre los gobiernos en busca de vendernos sus productos a toda costa, vamos a verlos reflejados de la forma más divertida en la forma, y aleccionadora en el fondo en esta comedia.
Tras 500 años de avances, así de sofisticada será la arquitectura e ingeniería del futuro…
Sin extenderme más en estos detalles, debo aclarar que la película tiene una trama aunque no lo parezca: el planeta en este futuro está en peligro, y el presidente de los USA es lo suficientemente humilde para reconocer que él solo, por muy guapo y fuerte que sea, es incapaz de resolverlo solo y necesita ayuda para resolver el problema. Y quién mejor que el hombre más inteligente del planeta para llevar a cabo esta importantísima misión.
El presidente de USA en esta película parecía más exagerado en 2006… antes de Donald Trump.
Otra de las virtudes de esta (no me cansaré de insistir en ello) tan estupenda como injustamente ninguneada comedia, es que lleva un buen mensaje ecologista: el problema al que se enfrenta la humanidad está relacionado con el medio ambiente y es no ya urgente, sino cuestión de supervivencia identificar el origen del problema para solucionarlo. Pero hasta al hombre más inteligente del planeta le costará hacerlo, o más bien convencernos de hacerlo, si la solución nos hace renunciar a nuestro estilo de vida. Aunque dicho estilo nos haya sido impuesto por intereses comerciales… y sea el origen del problema. Y hasta aquí puedo leer (¿He dicho ya suficientes veces que odio los spoilers?)
¿Ser el más inteligente de la raza más estúpida bastará para salvarnos?
Hasta aquí lo que diré sobre la película. La vi, la disfruté horrores, me hizo reír, me hizo pensar… y cuando terminó tuve que plantearme: con lo que me gusta el cine y las comedias y que no me pierdo una, ¿Cómo es posible que no supiera nada de una joyita como ésta? No tuvo apenas publicidad, y según he podido leer por internet en USA se estrenó en el mínimo número de cines posible. Puede que sea, como opina alguna gente, porque trata un tema sensible como es la disgenesia (término utilizado por algunos científicos para caracterizar la selección de variables genéticas negativas), porque se ríe de alguna forma de las personas de escasa inteligencia (aunque en el contexto de la película es toda la humanidad y no se discrimina a nadie), o, y ésto ya es opinión mía, porque da visibilidad aunque sea en clave de comedia a los oscuros manejos de las grandes corporaciones que ponen sus cuentas de resultados por encima de cualquier otra consideración. Y con el dinero no se juega, no señor.
Pero sea como sea, la película finalmente me llegó. Y ahora que tengo la oportunidad la recomiendo sin reservas. Espero que estas líneas, a veces entusiastas y a veces pretenciosas (sí, creo que tengo ese defecto cuando me expreso a veces) sirvan para animaros a buscarla y verla. A ver si la disfrutáis igual y, sobre todo, si os hace pensar las mismas cosas trascendiendo su aparente simpleza y, por qué no, disfrutando su evidente (y genial) gamberrismo.
Y como despedida final que ésto ya se va haciendo largo, dedico este gesto del protagonista a todos aquellos que contribuyeron a hacer pasar esta joyita lo más desapercibida posible para que no pudiéramos disfrutar tanto de su divertida forma, como de su aleccionador fondo. Va por vosotros amigos.
A ver si aprendéis que cuanto más intentáis minimizar el mensaje, más importante se volverá.
Por @JoGonBa
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