Consejos de una escritora novata | Sólo si

Algunas veces recibo correos de gente que me pide consejo sobre si crear un blog o no. No es a diario, ni mucho menos. Con suerte, puede que sea uno a la semana (o como mucho dos). He tenido temporadas mejores, pero ahora llevo un periodo de sequía importante. Esto es como ligar. Hay épocas que no ligas nada y otras que te los tienes que ir quitando a golpe de matamoscas… o bueno, igual tampoco hasta llegar a ese punto, no nos pasemos. El caso es que el otro día recibí un correo que me hizo mucha ilusión. Era una chica muy maja de dieciocho años (no voy a decir su nombre) que me pedía opinión sobre si meterse de lleno en la construcción (porque sí, esto es una construcción ladrillo a ladrillo) de un espacio literario. Como podéis imaginar… la animé a que lo hiciera. No podía ser de otro modo. ¿Cómo podía alentarla a lo contrario?
Pero le insistí en algo.
Le dije que si escribía, que si se decidía a ello, que lo hiciera con el corazón.
4ef282e67e60af779c8504c4c68a6cab

Hay cosas que sólo se pueden hacer con el corazón. Escribir es una de ellas. Y con ello no quiero decir que todo lo escrito tenga que haber sido vivido para dotarlo de más sentimiento, realismo o lo que sea. Ni todo lo escrito es real ni todo lo real puede ser escrito (¿tiene sentido esa afirmación?). No todo es cierto en un blog, por mucho que sea la forma de escritura más cercana a lo cotidiano y la más natural (¿natural? no siempre, amigos míos) y no siempre todo lo que sucede se puede explicar con palabras. Algunas emociones sólo se aprecian cuando se acaban las frases. Algunos recuerdos sólo se encienden cuando los puntos suspensivos dejan paso a la imaginación.
Y yo ya no sé qué decir. Ya se me acaban los consejos, las palabras, las letras para definir lo que significa para mí leer o escribir. No soy ninguna experta, no tengo un millar de libros publicados (de hecho, todavía lucho contracorriente por ver mi primer manuscrito en venta), desconozco este mundo, cometo errores garrafales y otros menos graves, pero igual de preocupantes en alguien que quiere dedicarse a esto. Vivo entregada a dos trabajos por obligación y a una vocación que me mantiene en un estado de continuo aprendizaje. Vivo ilusionada, continuamente enamorada, imaginando cómo será la próxima historia, sintiendo ya cómo el corazón me late rápido sólo de intuir lo que me puede deparar el futuro si la cosa se da bien. No sabéis lo increíble que es esa sensación. Es absolutamente indescriptible. Si sólo escribiendo un post me emociono… os podéis hacer una idea de lo que significa esto para mi, ¿verdad?
Esto es algo así como sentir Peta Zetas estallando en la boca del estómago. No es fácil explicarlo. Supongo que todo aquello que no podemos explicar con palabras es lo que nos define. Supongo que ya he escrito esto alguna vez. Supongo que me empiezo a repetir.
5e35000c6e9a1e55186a720f871af630

El primer cuento (o de los primeros cuentos) que escribí, fue en el colegio. Gané un Walkman gracias a esa historia y ya nunca me olvidaré de ello. Bueno, lo cierto es que queda bonito entonar ese ‘nunca olvidaré…’ cuando la verdad es que las lagunas mentales ya acechan mi mente de una forma bastante vergonzosa muchas veces. El caso es que ha sido el único premio tangible, la única recompensa material a tantas horas escribiendo. Llevo escribiendo casi toda la vida, aunque no de forma constante. Tuve un Fotolog y dos blogs antes de este. He escrito cartas de amor que nunca he entregado ni enseñado a nadie. He escrito menos de lo que quisiera, pero he llegado justo a tiempo. Mi vocación, esa que nació de niña sin ni siquiera saberlo, volvió de nuevo a mi vida justo a tiempo.
Y me salvó. Me ayudó. Me abrió los ojos. Me puso contra mí misma y después a mi favor. Viento de cara y luego de culo. Días de gloria y días en blanco. Me regaló un motivo para acostarme cada noche con un sueño diferente, aunque siempre repetido. Escribir ha sido terapia, enseñanza, construcción y amor. Amor propio y ajeno. Amor y tristeza. Tristeza y recuerdo. Recuerdo y sonrisa. Sonrisa y enfado. Enfado y rabieta. Rabieta y pasión. Pasión y pasión. Pasión. Pasión. Pasión.
Ninguna palabra define mejor lo que define pasión.
ee1b6d84fca320b7c928914222e9e4b0

Así que si estás pensando en empezar a escribir, ten en cuenta esto, hazte esta pregunta: ¿Cuando te enfrentas a un teclado o a un bolígrafo, sientes que el pecho te va a estallar de tantas palabras que quieres expresar? ¿Vas sintiendo el ritmo, la esencia, la musicalidad de lo que emanan tus pensamientos? ¿Para qué o quién o por qué crees que escribes? ¿Piensas en lo que significa para ti lo que estás escribiendo, o en el feedback que tendrás en tus redes sociales? Piénsalo, seas quien seas. Mientras sientas lo que haces, mientras tengas pasión, yo te animaré a que lo sigas haciendo.
Pero sólo si sientes pasión.
Pero sólo si te quema el pecho o la mano si no lo exteriorizas.
Hay cosas que sólo se hacen con un “sólo si” por delante. Y esta, sin lugar a dudas, es una de ellas.


Sólo si lo llevas dentro lo sabrás sacar.
Sólo si lo haces con el corazón valdrá la pena todo el esfuerzo.
Sólo si eres tú mismo/a lograrás encontrar tu camino.
Sólo si no estás pendiente del qué dirán podrás escribir algo bueno. Bueno para quien sea. Espero que bueno, al menos, para ti. Porque eso es lo que cuenta de verdad.


Hace poco más de dos años que me empecé a tomar en serio esto de escribir. Y aún creo que estoy a muchos años de llegar a ser la escritora que quiero ser. Ni siquiera me denomino escritora, aunque en mi cuenta de Instagram y Facebook ponga “escritora imperfecta”. Guardo un profundo respeto por los libros y por los escritores de pluma y papel, por las horas de sueño que pasaron a ser desvelos, por las máquinas de escribir y los ordenadores. Por los cuadernos y los diarios. Por las libretas llenas de secretos. Y espero, algún día, estar a la altura de cada libreta llena de tachones, de cada libro olvidado en la última estantería sin ser mirado ni comprado, de cada escritor que nunca creyó en si mismo porque nadie le dio la oportunidad que necesitó para despegar los pies del suelo y rozar un poco el cielo.
Y espero que cuando mi libro esté a la venta, se venda ¿pero sabéis qué me importa más?
e9e520b19fa781dbb936d1bd0b319bda

Quiero estar orgullosa de él. Quiero que cuando tenga noventa años lo recuerde como lo más bonito que creé con estas dos manos. Quiero que sea digno de cada mesita de noche. Quiero que cure corazones rotos. Quiero que alimente soledades y que genere nuevos pensamientos llenos de luz, llenos de amor.
Quiero que sea el inicio de una nueva y larga etapa.
Porque si de algo estoy segura es que ya no sé vivir sin escribir.


Por todo ello y mucho más, nunca os podría decir que no escribierais. Cuando las letras te salen por cada poro de la piel no puedes frenar que quieran escapar, que quieran mostrarse al mundo tal y como son.
Pero por favor. Cuando creáis que por tener una página de Facebook, una cuenta de Instagram o de Twitter o un blog en WordPress, os vais a hacer famosos en dos días, leed este post. Cuando creáis que quien ahora recoge frutos es porque empezó anteayer a spamear y a dar por saco a diestro y siniestro con tropecientasmil publicaciones, seguramente estaréis muy equivocados y debéis leer este post. Cuando creáis que escribir un libro es algo fácil, leed este post. Cuando se os olviden los motivos para escribir o los tengáis difusos, leed este post. Cuando queráis meter mil adornos que desvíen la atención del texto en sí, plantearos los porqués. Cuando os preocupen más las estadísticas que la lealtad a vuestros propios valores, leed este post.
Porque los grandes escritores no tuvieron la suerte que tenemos nosotros ahora, la difusión inicial y el flujo diario de opiniones, así que usemos bien nuestras herramientas, aunque sólo sea por respeto a ellos.
82ebcf8435a2d403014064eee495d8f2

Y para acabar, quiero dedicarle este post a ella, a la mejor escritora que conozco, a la correctora de mi libro, la autora de su prólogo, mi mejor amiga. Y quiero enseñaros el que para mi es su mejor post de los últimos que ha publicado.
Nunca cambies, Tejetintas
La reina de las voces
Os dejo que lo disfrutéis.
Un beso.
M.

Archivado en: Consejos de una escritora novata Tagged: Amor, Blogs, escritores, Escritura, inspiración, lachicadelosjueves, libros, tejetintas, Valores
Fuente: este post proviene de La chica de los jueves, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Día 16. El mundo, de Jimmy Fontana, sonaba esta mañana en San Isidro desde el balcón de alguien, en el edificio que queda a la izquierda de mi casa. Sentada en el sillón de mimbre pintado de blanco, c ...

Día cinco. Durante estos días de confinamiento me he dado cuenta de varias cosas. Algunas son bastante absurdas, otras tantas tienen relativa importancia y, las que dejaré para el final, creo que marc ...

No. No siempre es fácil. El amor no siempre te hace reír. En ocasiones, no fluye la comunicación, el drama llama a la puerta por un mal gesto o por una palabra desafortunada, la verdad se esconde por ...

Antes. A veces, solo a veces, me reía de tu música. Eso que escuchas parecen cánticos de catequesis para niños. Me duermo. Parece que estemos en misa. Venga va. Quítalo. Y tú, durante unos instantes, ...

Recomendamos