Sacándole punta a los tópicos gastronómicos
Si hay algo que encontrarás en cualquier top sobre cómo son los valencianos es una palabra autóctona y que en esta tierra se reconoce muy bien: meninfots. ¿Pero qué quiere decir ser un meninfot? La traducción de este vocablo, aunque no literal, podría ser algo así como tener una actitud algo indiferente en cierto tipo de situaciones. Es decir, que los valencianos practican el “zen” mucho antes de que la filosofía oriental y running se pusieran de moda. Y es que, como dirían algunos, no hay nada que una buena paella no pueda arreglar.
La paella
Precisamente este es otro de los tópicos que acompañan a los valencianos: la paella. Porque, como veremos a continuación, no se puede definir cómo son los valencianos sin detenernos a degustar su gastronomía, alrededor de la cual se organiza gran parte de su vida social.
Algunos lo llaman mediterraneidad, aunque otros lo denominan directamente ser unos fartons, ya que los valencianos tienen fama de ser buenos comedores. Algunas costumbres como l’esmorzar o esmorzaret (comida a media mañana en la que no pueden faltar olivas, cacaus del collaret y encurtidos y que jamás debe confundirse con el moderno brunch) o que el pan nunca falte en la mesa (siempre es mejor que sobre) son prueba de ello.
Volviendo a la paella, parece que en Valencia se tome hasta para desayunar, aunque los auténticos valencianos sólo la degustarán a la hora de la comida. Aún así, la reina de la cocina valenciana está tan interiorizada en ellos que sirve para articular algunos de sus mandamientos vitales: nunca llamarás paella al “arroz con cosas”, ni paellera al recipiente donde se cocina la paella. Pero por supuesto, no sólo de paella vive el valenciano: hay más arroces (arroz a banda, arroz al horno, arroz del Senyoret, arroz con bogavante, arròs amb fesols i naps, arroz negro con alioli, etc.). Eso sí, ellos sólo los comerán en su tierra porque fuera de las fronteras valencianas el arroz siempre está “pasado”.
Perseverantes, fiesteros y amantes del ruido
La paella nos descubre, además, otro de los tópicos sobre cómo son los valencianos: persistentes en sus ideas, especial y precisamente con la paella, que defienden a ultranza allí por donde van.
A la hora de definir cómo son los valencianos quedan muy buenas cualidades que resaltar. Ya lo decía Estellés en uno de sus poemas I tu ciutat, que oblides massa fàcilment. Porque sí, algo de lo que los valencianos pueden presumir es de no ser rencorosos, una cualidad que en algunos casos es toda una virtud que encaja con su carácter abierto, desinhibido y expresivo.
Falleros 365 días al año
Los valencianos también son muy fiesteros y no sólo porque aquí empezara la Ruta del Bacalao sino porque cualquier excusa es buena para preparar una comida popular o para sacar una banda de música a la calle. Y es que, aunque a muchos les cueste reconocerlo, al definir cómo son los valencianos no podemos obviar que todos son un poco falleros. Falleros aunque odien las vallas amarillas y las carpas blancas que inundan y cortan la ciudad en marzo, falleros aunque no les importe que coincidan Fallas y Semana Santa, falleros aunque no lloren cuando el fuego consume las fallas. Los valencianos son falleros porque les gustan el ruido y las calles abarrotadas e iluminadas y porque, aunque no lo digan abiertamente, a todos les emocionan las mascletàs. De hecho algunos están tan habituados a escuchar cohetes y tracas que temen confundir un atraco con alguien que se ha comprado una caja de “masclets”. Es lo que tiene vivir en la tierra de las Fallas, les fogueres y la pólvora, que hace que en el resto del mundo les vean como los amigos del fuego por excelencia.
Pero que no les asusten llamas ni ruidos no inmuniza a los valencianos al miedo general e incluso han desarrollado los suyos propios: les da escalofríos que alguien amenace con ponerle azúcar al zumo de naranjas de Valencia y escuchar la canción “La gota fría” de Carlos Vives (sí, en Valencia cuando llueve, llueve bien), lo de Poniente de Juego de Tronos les trae sensaciones encontradas (¿hay algo peor que viento de Poniente, en agosto y con una ciudad prácticamente desierta?) y tienden a confundir constantemente bolsas de plástico con medusas y algas peligrosas en la playa. ¿Por qué? Porque les gusta el socarrat en la paella y el moreno en la piel y por eso se pasan más de medio año en la playa tomando el sol (o eso dicen en Madrid).
Cómo son los valencianos: un resumen
Así que, si tenemos que hacer un resumen de cómo son los valencianos, podría ser éste:
Los valencianos siempre mantienen una actitud muy zen en la vida.
Son perseverantes en sus ideas y muy defensores de lo suyo.
Destacan por su carácter mediterráneo, abierto y desinhibido.
También son algo fartons, o lo que es lo mismo, buenos comedores, y les encanta reunirse con amigos alrededor de la mesa con cualquier excusa.
Defienden a capa y espada la paella aunque no olvidan el resto de arroces, platos típicos y productos de su tierra como la gamba de Denia, la clóchina de Valencia, la chufa de Alboraya, la alcachofa de Benicarló, el aceite de la Sierra de Espadán o el herbero de Mariola, ya que acostumbran a poner apellidos a todas sus comidas.
La tierra en la que nacen y viven convierte a los valencianos, per se, en amantes del fuego, del ruido y de la música y, aunque intenten negarlo una y mil veces, todos llevan un fallero dentro.
¿Ya te haces una idea de como son los valencianos? Por todos estos motivos siempre tiene algo bueno tener un amigo valenciano y la mejor manera de encontrarlo o conocerlo es viniendo a la terreta. Si quieres conocer mejor la terreta, encuentra en nuestro blog lo mejor de la gastronomía de la costa levantina. ¡Te esperamos!
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