Eric... Eric... Eric... y... esa mujer del sombrero a la que había seguido hasta aquella tienda. Entonces se dio cuenta, Eric no quería que entrara a esa tienda, que la viera.
Una mujer alta y delgada de cabello rubio y unos ojos enormes grisáceos que vestía elegante pero informal. Una mujer que le recordaba a alguien. No podía dejarlo así, tenía que averiguar quién era y decidió seguirlos.
En la plaza de Abbesses había un mercado rodeando la boca de metro. Eric y su acompañante se pararon en uno de los puestos.
Se disponía a acercarse hacia donde estaban cuando su móvil vibró en su bolso. Era su jefe.
— De acuerdo... Estoy en la boca del Metropolitain de Abbesses.
Al terminar la llamada volvió a mirar hacia ellos, esa mujer le recordaba a alguien, miró una fotografía en su móvil que le confirmó sus sospechas. El parecido era increíble...
Hay personas que tienen un doble que nunca se encuentran con él y allí estaba ella... mirándola...paralizada... desconcertada... agarrando el brazo de Eric con fuerza.
Se acercó a ellos y dijo:
— Hola de nuevo Eric.
Luego miró a la mujer y le dijo:
— Tú tienes que ser Chloé. Encantada.
Ninguno de los dos se movió ni dijo nada.
— Bueno... pues... él viene para acá, ¿quién se lo va a decir?
Y sonrío amargamente.