Las colinas que rodean a la Mezquita de Eyüp están totalmente cubiertas por lápidas y mausoleos organizados en terrazas, con algunas tumbas de hace dos siglos. Una de las cosas que más me llamó la atención es que al contrario de lo que se hace en España, las lápidas son estrechas y altas, y en la tierra se suelen plantar flores e incluso árboles. Podría considerarse algo descuidado pero en realidad lo hacen por una creencia de que al dejar crecer vegetación, dejas hacer a la Naturaleza, lo que es un símbolo de la vida.
Los cementerios otomanos eran jardines para los muertos y las inscripciones de las lápidas contienen una gran simbología: a partir de su decoración se puede conocer el sexo, ocupación, rango y el número de hijos del fallecido. Como en 1829 se prohibió el turbante, en las tumbas masculinas se colocó un fez. En la parte alta del cementerio se pueden encontrar sultanes enterrados y en la parte más baja, ciudadanos del pueblo turco.
Después de un paseo (media hora) consigues llegar al famoso Café Pierre Loti, que tomó el apodo de un escritor y aventurero francés, Julien Viaud, que se acercaba cada día para inspirarse.
A pesar de que Estambul ha sido lugar de rodaje de muchas películas, como Desde Rusia con amor, Skyfall, Venganza 2 o Un toque de Canela, no he conseguido encontrar esta localización en estas películas. Sí aparece el bucólico cementerio en la película Las dos caras de enero, protagonizada por Viggo Mortensen, Oscar Isaac, Kirsten Dunst.
Imágenes: Cementerio de la película de Las dos caras de enero propiedad de Universal Pictures y del Café Pierre Loti.
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