Está ubicada a orillas del río Dâmbovița, al sureste del país. Y por su densidad poblacional, es la décima ciudad más poblada de la Unión Europea.
Bucarest tiene una armónica arquitectura, con mezcla de estilos neoclásicos y también de entreguerras mundiales, del tipo de Bauhaus y Art Decó. También cuenta con estilo comunista y moderno.
Fue justamente en el período de entreguerras que la arquitectura de Bucarest y sus sofisticadas élites le valieron el apodo de “Pequeña París”. Pero esta ciudad sufrió gran cantidad de avatares, fundamentalmente por las dos Guerras Mundiales, con el saldo de muchos edificios destruidos y también producto de terremotos y el programa de sistematización de Nicolae Ceausescu, que gobernó Rumania con mano muy dura durante los años 1967 a 1989, cuando fue ejecutado.
También económicamente, Bucarest es una de las ciudades más prósperas de Rumania y su principal centro de transporte, convirtiéndose así en uno de los epicentros de Europa del Este.
Cuenta con una superficie de 226 kilómetros cuadrados, y está circundada por zonas rurales. Sin embargo, tras la Revolución Rumana del otoño de 1989, comenzó a crecer exponencialmente la zona de alrededores de Bucarest en cuanto a vecindarios nuevos.
En cuanto a lo administrativo, la ciudad está dividida en seis sectores y hay que destacar que Bucarest a lo largo de su historia ha alternado momentos de gran esplendor y otros en donde su economía se ha visto muy afectada y devaluada.
Cuenta con un clima húmedo continental con inviernos muy ventosos e intensos, con temperaturas que oscilan entre los 0 y los -20 grados centígrados y veranos en donde ocasionalmente las temperaturas superan los 35 grados centígrados.