⋆ Bikaner al desnudo ⋆
India es de aquellos lugares que nunca se olvidan. Que aunque sólo la visites una vez, perdurará en tu memoria para siempre, dejará en ti un recuerdo imborrable.
Y el post que te voy a mostrar a continuación, no te va a dejar para nada indiferente. Aunque aviso, quizás te da algo de repulsión.
Hablamos de Bikaner. Quizás ya hayas oído hablar de él, o hasta lo hayas visitado. Pero este lugar es, sin duda, de lo que más nos impactó en India, por su peculiaridad: un templo donde adorar a las ratas.
Fachada del Templo de las Ratas
Así como lo oyes. Ya sabemos que la cultura india es increíble y tremendamente distinta a la nuestra, pero pisar ese suelo, repleto de esos pequeños seres que, en occidente, se les tiene tanto asco o temor y que además, han sido muchas veces portadoras de tantas enfermedades, es como poco, peculiar.
¿Dónde está Bikaner?
Bikaner (en hindi, बीकानेर) es una ciudad al noroeste de la India. Se encuentra en el estado de Rajasthan, el estado mayor de toda India, y su traducción es ‘Tierra de Reyes’.
Rajasthan es una región aparte. Sus 68 millones de habitantes aún viven al ritmo de sus tradiciones ancestrales. Sus fastuosos palacios de las mil y una noches, llenos de encanto y colorido atraen cada año a más visitantes, siendo esta región el segundo destino turístico del país.
Tierra de palacios y pequeñas aldeas, donde el tiempo parece haberse detenido.
Bikaner tiene una población de unos 650.000 habitantes, se encuentra en medio del desierto de Thar, por lo que apenas hay precipitaciones y las temperaturas son extremas que varían de 35,3 °C en verano (con máxima histórica de 47 °C) a 14,7 °C en invierno (con mínima histórica 0,8 °C).
Breve historia de Bikaner
Bikaner fue un lugar muy importante y estratégico en la antigua ruta de las caravanas (utilizada para el comercio de especias).
La ciudad fue fundada por Rao Bika (de ahí el nombre de Bikaner), en 1486, al conquistar las tierras de los clanes Rajput y un año después de establecer el fuerte de Bikaner, que aún existe.
El estado se sometió bajo el mandato mogol hasta el siglo XIX (el imperio mogol, de cultura islámica, dominó la India durante más de tres siglos). A partir del XIX, el estado fue debilitado dando lugar a una rebelión de thakures en 1815 contra la tiranía del maharajá Surat Singh, el cual pide protección británica.
En 1818 el orden fue restaurado por las tropas británicas y se firmó el Tratado de Amistad Perpetua entre el rey y la Compañía Británica de la Indias Orientales.
En 1842 Bikaner ofreció 200 camellos a los británicos para las campañas de Afganistán.
Hacia 1949, el territorio de Bikaner, se incorporó al estado de Rajhastan y fue dividido en tres distritos.
Actualmente y gracias a los canales del siglo XX, los agricultores se dedican a sembrar algodón, trigo y mostaza.
Bikaner también es muy conocida por su artesanía, sus artículos de piel, sus palacios y por tener la granja de camellos más grande de Asia.
¿Cómo llegamos a Bikaner?
A Bikaner podemos llegar por carretera o por tren.
Nosotros planificamos este lugar, tras culminar nuestro voluntariado en India, teniendo la gran suerte de disfrutar de 12 días recorriendo el Rajasthan y para ponerle la guinda de despedida a esta increíble experiencia.
Tras pasar unas cuantas ciudades y flipar con toda India, especialmente con Jaisalmer y el desierto del Thar, que es donde nos encontrábamos ahora, decidimos hacer una pequeña parada en Bikaner, antes de continuar hacia Haridwar y Rishikesh, la cuna del yoga, observando por fin un Ganges ‘puro’, que ya os relataré en otro post.
Viajamos de Jaisalmer a Bikaner en un tren nocturno (los sleeper trains como los llaman). Salió sobre las 12 de la noche, llegando a las 5:20 de la mañana.
*Hay que tener en cuenta que estos trenes no siempre son puntuales y a veces también llegan con bastante retraso.
Nosotros aprovechábamos los trenes para viajar y dormir, así ahorrábamos tiempo y dinero, circunstancias estas siempre finitas.
Una vez allí, nos cogimos un tuk tuk los seis por 120₹ (1’5€) y en 10 minutos llegamos a nuestro hostal “Chandra Niwas Guest House” con un precio de 3’5€ la noche. Parecía la casona familiar de algún maharajá y estuvo peculiar.
*En este post puedes ver todos nuestros hoteles en India.
El dueño, nos recibió entorno a las 5:45 con una sonrisa y nos hospedó a esas horas tan tempranas, sin problemas. Uno de los mejores anfitriones que recuerdo.
Recomiendo dicho hotel en booking, así como comer en él ya que la comida estaba riquísima.
Estaba para chuparse los dedos.
Eso sí, estás en India y los tiempo de espera para que te sirvan es muy diferente al del mundo occidental, así que paciencia y no desesperéis.
El dueño, cuando nos fuimos al día siguiente por la tarde, nos acercó en su coche a la estación de tren, sin cobrarnos nada y por su propia iniciativa. Un hombre encantador que nos trató estupendamente y recordaremos siempre.
Aquí se nos ve con él. Íbamos siete, por supuesto, unos encima de otros.
¿Qué podemos visitar en Bikaner?
Tranquilos, este lugar tiene más sitios que ofrecernos que el famoso templo de roedores. Si no sois muy amantes de vivir experiencias chocantes.
En India hay unos castillos o fuertes como llaman ellos magníficos, en los que prácticamente estás solo para disfrutar de todos los rincones y admirar la belleza que albergan rememorando los tiempos pasados de los Maharajás.
Bikaner es una ciudad fortaleza rodeada de murallas y construida a base de arenisca roja, caracterizada por su fuerte Junagarh Fort, sus havelis (mansiones privadas con mucha belleza y riqueza arquitectónica), sus templos, museos y en definitiva, sus espectaculares fortalezas y palacios que denotan la opulencia de los gobernantes.
Aquello contrasta de nuevo, como es bien habitual, con calles sucias y mucha pobreza.
Por supuesto, Bikaner también es conocida por su cercanía al Karni Mata, el tempo de las ratas ubicado en Deshnok (pequeño pueblo del distrito de Bikaner a 30 km de la ciudad).
Recorriendo las calles de Bikaner
El primer día lo acabamos recorriendo el ritmo frénetico de las calles comerciales, así como perdiéndonos por el tiempo de la vieja ciudad y sus callejuelas.
Volvimos al caos, al tráfico, al barullo, al ruido. De todo lo que nos habíamos librado en Jaisalmer.
Pasamos un mercado en la calle principal, muchas tiendecitas, vimos algunas havelis muy descuidadas y antiguas, calles sucias y animales como camellos, perros, cerdos y algún caballo que sobresalía entre todo lo demás.
Decidimos volver cuando estaba anocheciendo (era un 25 de noviembre) y llegamos a nuestro hostal-casona a las 18:30.
El fuerte de Bikaner: Junagarh Fort
Junagarh Fort es uno de los mayores fuertes del Rajasthan que no fueron construidos en una colina. La ciudad moderna de Bikaner se ha desarrollado alrededor de este fuerte.
Se empezó a construir en 1589, finalizando en 1594. Destaca por sufrir constantes ataques de los enemigos para ser capturado, sin éxito, excepto por una ocupación de un día.
El precio del fuerte es 300₹ y 150₹ para estudiantes (3’8 y 2€). No olvidéis vuestros carnets!
Aunque ya llevábamos una retahíla de fuertes vistos en India a nuestras espaldas, nos gustó mucho.
Era diferente y grande, con las típicas puertas de arco, las salas lujosas, la mezcla de estilos arquitectónicos, el mobiliario de la época, las armas, escudos…
Hasta vimos un avión del 1930.
Estuvo interesante.
Karni Mata, el templo de las ratas
El día siguiente era para estómagos fuertes, el templo de las ratas Karni Mata que fue construido por el Maharajá Ganga Singh en el año 1.900 como un homenaje a la diosa rata, (Karni Mata).
El Templo está ubicado en Deshnoke y cerca de 20.000 ratas (qué barbaridad!!) habitan el templo.
La leyenda de este templo es que Karni Mata, una matriarca del siglo XIV era una reencarnación de Durga, la diosa del poder y la victoria.
En una época, uno de los niños de su clan de hombres murió y ella trató de traerlo de vuelta a la vida y esto sólo podía ser hecho por Iama, el dios de la muerte que había reencarnado ya como una rata.
Karni Mata llegó a un acuerdo con Iama, que todos los hombres de su clan muertos se reencarnarían como las ratas, hasta que estuvieran listos para nacer de nuevo en la tribu.
Los peregrinos creen que las ratas son reencarnaciones de Karni Mata pero también de los sadhu quienes eran sus seguidores. Todos ellos son considerados hombres santos del hinduismo.
El templo se convierte en una fiesta cuando entre las habitantes aparece una rata blanca; para los que las veneran tal suceso significa buenos augurios y venida de buenas temporadas
– Fuente en El templo de las Ratas.
ouch!
hijo y mamá rata
tomando el sol
comiendo granos y arroz
bebiendo leche o agua (+ rata posando para el selfie)
Salimos sobre las 9:30 hacia el templo, cogiendo un bus desde Bikaner a Deshnoke por 20₹ (0’25€) que tardó justo 40 minutos, como nos dijeron.
A las 10 y media nos descalzamos (era obligatorio como en cualquier templo hindú), sin quitarnos los calcetines, para pasar, observando de primera mano, los cientos de ratas. Impresionante.
Allí acampaban a sus anchas con personas caminando a su lado, descalzas (los indios sí llevaban los pies desnudos).
pies descalzos y tan a gusto
Estaban por todas partes. Bebiendo leche, agua, comiendo, echándose la siesta, unas encimas de otras, aisladas…
Daba mucha cosa entrar dentro del templo, ya que las ratas corrían más cerca de ti, tanto que una compañera pisó a una pequeña.
El interior de ‘Karni Mata’
*Que una rata te toque es considerado buena suerte y si llegas a pisar una rata y matarla, debes dar una ofrenda en oro del peso de la rata muerta.
La estampa era curiosa. ¡Quién diría que habría un lugar donde adoran a las ratas!
la familia al completo y tan felices!
Fue una experiencia fuerte desde que entras y el sentido del olfato se pone en alerta.
Las ratas se muestran indiferentes ante tu presencia, es más, hay varias vasijas colocadas en diversos lugares del templo para ofrendas de leche por lo que son las reinas del lugar.
Aunque lo que también sorprende es lo a gusto que están los indios:
Como no había mucho más por ver, después de realizar nuestro reportaje fotográfico, nos fuimos.
Eran las 11:20. Recuperamos nuestros zapatos y, sin pensarlo, tiramos nuestros calcetines, llenos de mini cagaditas de rata, a la papelera más cercana.
A las 12h ya estábamos de vuelta y aproveché para desviarme del grupo, sentarme en un parque en soledad y dejar que los pensamientos de mi mente fluyeran, a través de mi libreta.
En India debes superar miedos y limitaciones propias, mostrarse abierto y respetuoso a las creencias de los demás y dejarse invadir por la espiritualidad de sus gentes.
Karni Mata Temple no deja indiferente a nadie. Fue una experiencia impactante.
¿Y la paz que transmite este hombre?
¡Es tu turno compañero! ¿Qué te ha parecido este post? ¿Visitarías este lugar? ¿Me recomiendas sitios chocantes del estilo? ¡¡Será un placer escucharte!!
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Si eres más práctico, aquí te dejo el de: Hoteles a menos de 3€, comida india y consejos.
Para los que les gusta salirse de los circuitos turísticos: Encantos Desconocidos de India.
Si prefieres más el arte y la poesía: India, mi pequeño manifiesto.
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