El rey Fernando VII era un gran aficionado al billar y al que le gustaba jugar largas partidas, las cuales, casualmente, siempre ganaba. Sus contrincantes se sentían incapaces de ganar al monarca, no porque éste fuese mejor jugador, sino por el temor que le tenían. Hay que recordar que este rey ha pasado a los anales de la historia por ser el rey que restauró el absolutismo, derogó la Constitución de Cádiz.
En realidad,
La expresión ‘Así se las ponían a Fernando VII’ comenzó a utilizarse para referirse a las facilidades que se le da a alguien a la hora de ejecutar algún proyecto, examinarse o realizar alguna tarea sin complicación alguna.
Pues bien, después de lo acontecido esta última semana no hay frase mejor para resumir el final de esta loca Liga. El empate de los azulgrana ante el Getafe, con todo a favor para sumar una victoria, parecía provocar el fin de una aciaga, hasta el sábado temporada. Pero vete aquí, que los rivales, asemejándose a aquellos que parecían disfrutar en el reino del rey absolutista con las victorias de éste, han decidido dar otra oportunidad al monarca azulgrana…., y le han puesto las bolas en el tapete de tal forma, que de fallar ahora, sí que se podrá decir que el equipo azulgrana ha tirado la competición. Competición a la que accederá tanto por méritos propios como por deméritos de sus contrarios.
Ahora la pregunta está en el aire. ¿Será capaz el equipo catalán de ganar los dos partidos que le quedan? Desenchufados de la intensidad que requiere un campeonato de alto nivel, ¿podrán volver a pensar en positivo y disputar ciento ochenta minutos con las ganas que ahora se necesitan?
La afición vuelve a estar ilusionada. Se nota en la calle, se escucha en los bares, se lee en los tweets, en los foros, en los artículos de opinión, pero…..¿el equipo se cree que puede ganar la competición?
Y sobre todo, ¿se lo cree su cuerpo técnico? Un equipo de técnicos que con Tata Martino a la cabeza lleva semanas pidiendo casi perdón por el rendimiento dado, deberá a partir de hoy, ponerse las pilas y pensar que a veces sí, a veces hay segundas oportunidades, y hasta terceras o cuartas. ¿Pero sabrán hacerlo?
Yo soy escéptico en este sentido. Y es que ya llevo días defendiendo que en mi opinión la etapa del Tata Martino y sus ayudantes como entrenadores del equipo está siendo demasiado larga. Y no lo digo por los malos resultados. No es una cuestión de cesar al técnico después de la semana infausta que hizo perder la Copa del Rey, caer eliminados en la Championsy decir, hace apenas un mes adiós a la Liga.
No, las razones son otras. Para mí, el Tatadesde su posición de exigencia para consigo mismo, se ha visto superado por la grandeza del club, y ha caído en el desánimo de no haber podido seguir con un ciclo que parecía que tenía que seguir siendo triunfal. Cada comparecencia en rueda de prensa, cada declaración, cada gesto denotaba hastío, desgana y ganas de llegar al final.
Cada frase rezumaba tristeza, incomprensión y sabor a derrota. Cada foto mostraba el perfil de un hombre desbordado por unos acontecimientos que ya no controlaba.
Entonces era el momento. Un cese rápido, un técnico de emergencia, con ganas, con ilusión, con fuerza y con un mensaje diferente creo que hubiera dado ese plus de motivación que parece que a día de ayer todos habían perdido.
Pero hoy estamos todos por las nubes. Hoy todos vemos las bolas en el tapete colocadas de tal forma que ni el más inepto billarista sería capaz de fallar la carambola. Está todo de cara, y sólo queda agarrar el palo con firmeza y ejecutar la jugada que nos dará la victoria. ¿Se podrá?