Heidi en los Alpes
Heidi es una niña de 5 años. Huérfana desde muy pequeña queda al cuidado de su joven tía Dete. Es su tía la que le lleva a las montañas suizas a vivir con su abuelo. Al principio su abuelo no está muy contento de tener que cuidar a la niña pero la alegría y ternura de su nieta hace que poco a poco vaya cambiando su carácter.
Heidi, Pedro, Clara, su abuelito y copito de nieve, la cabra de Pedro
Heidi descubre las montañas y no quiere irse. Conoce a un pastorcillo, Pedro, su gran amigo. Sin embargo, y para desgracia de todos, su tía vuelve para llevársela a Frankfurt. Allí conoce a Clara Sesemann, una niña que no puede caminar, y pronto se hacen amigas. En este nuevo ambiente Heidi tiene que soportar a la institutriz de Clara, la señorita Ronttenmeier. Cuando por fin se vuelve a reunir con su abuelo y Pedro en las montañas, recibe la visita de Clara. Heidi aprende a hacer ejercicios para que su amiga pueda andar. Es en los últimos capítulos cuando Clara se pone en pie y vuelve a caminar.
Heidi y Clara
La historia de Heidi no solo resalta los valores humanos, sino también el amor por la naturaleza. Pero en la serie pasaban cosas muy extrañas. La protagonista siempre iba en mangas de camisa aunque viviera en los Alpes, la leche de cabra estaba tan buena que no hacía falta hervirla ni pasteurizarla, todos sobrevivían a base de pan, leche y queso, Pedro y Heidi podían dar vueltas y vueltas sin marearse y había un columpio colgado de las nubes.
Pedro y Heidi dando vueltas
Llamadme curioso pero, ¿cómo podía subirse y bajarse de él? El columpio en cuestión tarda 9 segundos en dar un recorrido completo y haciendo cuentas con el tiempo de oscilación, mediría la friolera de 20,25 metros.
Heidi montada en su columpio
La afamada serie japonesa fue la primera serie de animación que se emitió en España en 1975, aunque las generaciones de los 80, 90 y 2000 también disfrutamos de sus aventuras. Tal fue su éxito que en la región de los Alpes, cerca de la frontera con Liechtenstein y Austria se encuentra Mainfeld (Heidiland), una recreación de la casa del abuelo de Heidi.
Sin embargo, el afamado personaje fue censurado en Turquía por enseñar las enaguas. Debido a su enorme popularidad, la inadaptación de un niño a la vida urbana se conoce como el "síndrome Heidi". Además, tanto en Japón como en España se vendió gran cantidad de merchandising, incluido un casete con sus pegadizas canciones.
Muñecos de Heidi
Los dibujos animados de ahora nada tienen que ver con los de antes, no son ni mejores ni peores, simplemente distintos. Acordaos sino de todas las labores que Heidi hacía con tan solo 5 años. Hoy me despido canturreando la archiconocida canción de esta fantástica e irrepetible serie histórica, iolere iu iu iolere iu iu...