Expandiendo lo que funciona
Final Fantasy III para NES vio la luz a principios de 1990. El juego contenía elementos propios de los dos primeros títulos y algunas innovaciones que terminarían convirtiéndose en estables de la franquicia. Por ejemplo, es el primer juego de la saga en donde los personajes controlables por el jugador son niños.
Primeras apariciones: chocobo gordo y moogles
El Final Fantasy III es el primer juego de la famosa franquicia de rol japonés donde aparecen dos personajes secundarios muy emblemáticos: el chocobo gordo y los moogles. El primero tiende a ser un personaje con capacidades diferentes de acuerdo a cada juego, pero siempre está relacionado con la evolución del chocobo como montura, permitiendo que lleguemos a otros lugares del mapa.
Los moogles en cambio son criaturas secundarias que a veces tienen importancia para la trama, y otras veces hacen las veces de informantes o puntos de guardado. El Final Fantasy III marca su primera aparición y de allí en adelante no dejarán de tener algún tipo de participación en los juegos de Final Fantasy hasta las últimas entregas.
Cambios en la historia
La remake para Nintendo DS de 2004 supuso un cambio importante para el juego, tanto desde lo gráfico como en materia de trama. Originalmente, los personajes de Luneth, Arc, Refia e Ignus iban a ser los hijos adoptivos de Topapa. Así era en el juego original de NES, pero finalmente decidió cambiarse el origen de los personajes para que cada uno tuviera su propia historia particular.
La niña de las consultas
En la versión original del juego para NES, una niña pequeña escondida en el poblado de Gysahl anima al jugador a enviarle dudas y consultas a la empresa Square. Incluso tiene como mensaje la dirección de correo de la empresa en aquellos tiempos. Una iniciativa para romper la cuarta pared e informar a los desarrolladores sobre cambios para hacer del próximo juego de la franquicia algo renovado. En la versión de Nintendo DS la niña fue reemplazada por un anciano que, al hablarle, nos perite acceder al Bestiario del juego.
El Dios Odín, la batalla por la invocación
El dios guerrero nórdico Odín aparece en Final Fantasy III como un hechizo de invocación, pero para poder obtenerlo debemos viajar hasta las catacumbas de Salonia con el submarino sumergible. Las catacumbas están ubicadas en lo profundo del océano, en la esquina inferior derecha de Salonia.
El calabozo opcional tiene unos pocos cofres y secretos, pero cuando lleguemos al final del recorrido tendremos que derrotar en batalla al poderoso Odín para poder utilizar su magia de invocación. Una buena forma de derrotarlo es equipar con dos espadas Kiku a un Caballero Mágico para quitarle más de 1100 puntos de vida por ataque.
Estos son algunos de los secretos y curiosidades que hicieron de Final Fantasy III un título emblema para la saga. Fue un cierre con broche de oro para la franquicia en la consola de 8 bits de Nintendo, y su siguiente entrega cambiaría para siempre la forma de entender el RPG en occidente.