El 15 de mayo de 1974, la fecha del primer choque entre esos dos equipos por el título de la máxima competición continental, es un día inolvidable por la tristeza para un equipo legendario de la historia del club, el que llegó a aquella final, y para generaciones y generaciones de hinchas rojiblancos en las últimas cuatro décadas.
Porque, aquel día en el estadio Heysel de Bruselas, el Atlético, dirigido por el técnico Juan Carlos Lorenzo, estuvo a menos de un minuto de la gloria, de ser campeón de Europa contra un poderoso Bayern con nombres como Sepp Maier, Paul Breitner, Franz Beckenbauer, Uli Hoeness o Gerd Müller, leyendas del fútbol mundial.
Luis Aragonés abrió el marcador en la prórroga, en el minuto 114. Su lanzamiento de falta directa fue perfecto, se coló en la portería alemana sin capacidad de reacción para Maier; una parábola magnífica que dio al Atlético el 1-0 en el tramo final del tiempo extra, pero los últimos instantes del choque fueron crueles con los rojiblancos.
Ya se sentía ganador el equipo madrileño cuando Hans-Georg Schwarzenbeck lanzó un disparo lejano, potente, que se introdujo en la portería de Miguel Reina junto al poste derecho de su meta; un golpe durísimo, que provocó un partido de desempate, para los jugadores rojiblancos, abatidos y sin consuelo dentro del vestuario.
"Anímicamente, aquel gol nos mató" , admitía Adelardo Rodríguez, el jugador con más partidos disputados en la historia del club y el capitán del equipo en aquella final, que tuvo su segundo episodio, el de desempate, dos días más tarde, sin apenas recuperación, en el mismo escenario, esta vez con triunfo del Bayern Múnich por 4-0.
Uli Hoeness y Gerd Muller, con sendos "dobletes", condenaron a la derrota al Atlético, que había llegado a la final después de una trayectoria fantástica, en la que superó al Galatasaray, al Dínamo de Bucarest, al Estrella Roja y al Celtic de Glasgow. No perdió ningún encuentro en su camino hacia el último duelo por el título.
Ahora, como único invicto en esta edición del torneo, vuelve a la final después de 40 años, con aroma a revancha y con su "eterno" rival enfrente, el Real Madrid, tras eliminar hoy al Chelsea en Stamford Bridge en las semifinales. Antes doblegó al Barcelona y el Milan, en cuartos y octavos de final del torneo, respectivamente