Claude Monet
Impresión, sol naciente (1872).
Óleo sobre tela, 48-63 cm
Museo Marmottan, París.
En 1898, Claude Monet afirmó: «El mes de abril del 74 envié a la exposición del boulevard des Capucines un cuadro perteneciente al movimiento pictórico impresionista que había realizado en el Havre desde mi ventana, con el sol inmerso en la bruma y, en primer plano, algunos mástiles erguidos de las embarcaciones; entonces me preguntaron el título para el catálogo, y, como desde luego, no podía pasar como una vista del Havre, contesté: “Ponga Impresión”».
En 1874, este cuadro escandalizó a la crítica y dio nombre al movimiento pictórico impresionista del cual se convirtió en incuestionable manifiesto. Su aspecto inacabado, la indefinición de las líneas y contornos, y la ausencia de volumen y profundidad le otorgan una apariencia abstracta.
La barca negra del centro contribuye a realzar la incandescencia del disco solar que irradia un haz de luz gradual. De este modo, mientras la niebla adquiere un tono rosado, el agua brilla con destellos verdes y violetas.
Auguste Renoir
Le Moulin de la Galette (1876).
Óleo sobre tela, 131- 175 cm
Museo de Orsay, París.
Esta célebre tela del legado de Caillebotte probablemente fue pintada al natural, a pesar de su considerable formato. Con ella, Renoir logró captar la alegría y vitalidad de los parisinos que acuden a uno de los populares merenderos que jalonan la colina de Montmartre. Para ello, sometió a los personajes a las fluctuaciones de la luz, con un estilo aterciopelado heredero de su formación como pintor de cerámica. El sol que se filtra entre los árboles proyecta manchas rosas y azuladas, tanto en los personajes como en el suelo, al mismo tiempo que las ropas aparecen empañadas con copos de luz. El juego de reflejos altera las formas y los contornos, y así, la niña que permanece sentada en un banco aparece bañada en un halo de colores.
La perspectiva en picado realza el suelo, proyecta los bancos en diagonal y recorta el primer plano con gran efectismo, como si el artista se hubiera colocado por encima de la escena para observarla mejor.
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Este texto es un fragmento del libro Movimientos de la Pintura de Larousse Editorial. Si te interesa este contenido, tienes más información sobre todos los movimientos relacionados con el arte de la pintura aquí: Larousse.es