Hace poco más de un siglo, en el verano del año 1911, el profesor de historia de la Universidad norteamericana de Yale - Hiram Bingham - descubrió “supuestamente” el que sería uno de los destinos turísticos más visitados del mundo: la ciudad inca de Machu Picchu. Si se fija en el párrafo anterior, verá que hemos entrecomillado la palabra “supuestamente” y es que una gran parte de la comunidad indígena peruana se niega a que se atribuya a una persona de otro país el hallazgo de una ciudad que los habitantes de la zona conocían desde hacía cientos de años. De hecho, cuando el explorador alcanzó la cima de la ciudadela se encontró a una familia completa de indígenas peruanos residiendo en una de las casas en mejor estado de conservación. Según cuenta la leyenda, Bingham se mostró muy sorprendido al encontrar la ciudadela habitada ya que pensaba que las ruinas llevaban años y años ocultas por la selva, pero este asombro no le impidió etiquetarse a sí mismo como “gran descubridor” y a ganarse la vida desde entonces dando conferencias y escribiendo reportajes sobre su supuesta hazaña a lo largo y ancho del mundo. En 1913 Bingham llegó incluso a explicar su descubrimiento en uno de los primeros números de la de la prestigiosa revista de viajes National Geographic. En ese reportaje, el profesor, arqueólogo y explorador norteamericano afirmaba que su descubrimiento se podía equiparar en importancia a la llegada de Cristóbal Colón a tierras americanas y que la comunidad indígena local no conocía el inmenso valor histórico y cultural de la preciosa ciudad perdida.
Polémicas aparte, lo cierto es que el 23 de julio de 1911 fue la fecha elegida por la historia para situar el reencuentro del ser humano con sus raíces culturales, con la Ciudad Perdida de los Incas, Patrimonio de la Humanidad y Santuario Histórico que es por méritos propios una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
“Machu Picchu (6)” by Rodrigo.Argenton - My own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons.