LA IMPORTANCIA DE LOS MANGLARES: FUENTE DE VIDA Y ALIMENTO

Los manglares son bosques pantanosos que viven donde se mezcla el agua dulce del río con la salada del mar: estuarios, bahías, lagunas, canales y ensenadas, donde árboles muestran sus raíces aéreas.

Estos ecosistemas autosuficientes reciben el nombre de manglar porque así se llama el árbol que es la especie vegetal dominante.



Un espectáculo visual

El manglar (el vocablo mangle es originalmente guaraní y significa árbol retorcido) está formado por árboles muy tolerantes a la sal que ocupan la zona intermareal cercana a las desembocaduras de cursos de agua dulce de las costas de latitudes tropicales y subtropicales de la Tierra. Así, entre las áreas con manglares se incluyen estuarios y zonas costeras.

Los manglares son capaces de adaptarse a distintos grados de salinidad según el estado de las mareas. En marea alta por ejemplo, las raíces aéreas de estos árboles captan el oxígeno y lo transportan a las raíces que se encuentran bajo el agua - las encargadas de anclar cada árbol a la tierra inundada. A su vez, estas captan los nutrientes del agua del mar para que circulen por la planta y se conviertan en alimento al mezclarse con el oxígeno, expulsando por sus hojas lo que no sirve: la sal.

A través de este asombroso mecanismo los manglares pueden vivir con una parte de sus raíces bajo el agua, en un suelo sin oxígeno, con altas concentraciones de sal y al mismo tiempo aprovechar los sedimentos de los ríos que también le brindan nutrición.

¿Por qué son importantes?

Los bosques de manglar tienen una gran diversidad biológica. Los organismos que los habitan se pueden encontrar tanto en las raíces enterradas en el lodo de estos árboles hasta las hojas más altas de sus copas.

Las bacterias y los hongos - importantes para descomponer la materia orgánica - viven en sus troncos. Las aves, muchas de ellas migratorias, los reptiles, los anfibios y también los mamíferos forman igualmente forman parte de estos ecosistemas, así como muchas especies de peces, crustáceos, moluscos y otros.

Sus raíces, son hábitat de muchos tipos de microorganismos y brindan nutrición y refugio a innumerables especies marinas que llegan a los estuarios y a las desembocaduras de los ríos para reproducirse, desovar e incluso, pasar parte de su ciclo de vida bajo la protección de este ecosistema (aproximadamente el 70% de los organismos capturados en el mar).



Un 80% de las especies marinas dependen del manglar para subsistir. De hecho, muchas de ellas son la base de la cadena alimenticia no sólo de las comunidades que viven alrededor del manglar, sino también de los consumidores de productos pesqueros que se encuentran a miles de kilómetros de distancia.

Para las comunidades costeras, los manglares son fuente de supervivencia, trabajo, alimentos y protección. También pueden crear nuevas oportunidades de ingresos económicos, gracias al ecoturismo por ejemplo.

Este ecosistema, tan rico como frágil, funciona además como filtro de los sedimentos y las sustancias contaminantes que llegan al mar desde ríos lejanos. También sirven para amortiguar las inundaciones absorbiendo y almacenando el agua, además de ser importantes para proteger las costas de la erosión y fijar la arena en las playas. Proporcionan, pues, una protección natural contra fuertes vientos, olas producidas por huracanes e incluso tsunamis.

El manglar juega un papel importante en la mitigación al cambio climático, ya que este ecosistema almacena cinco veces más carbono que los bosques tropicales.

Los ambientes hipóxicos de los manglares purifican las aguas cloacales transportadas por los afluentes y disminuyen el cambio climático mediante la oxidación o reducción del óxido nitroso (gas de efecto invernadero) -producto de la descomposición anaeróbica de la materia orgánica-a óxido nítrico o a nitrógeno molecular respectivamente.

Se estima que por cada especie de manglar destruida se pierden anualmente 767 kg de especies marítimas.

Los manglares en riesgo

Pese a los beneficios evidentes que ofrece, el bosque manglar sigue luchando por su supervivencia. Durante mucho tiempo ha sido talado de manera indiscriminada para  utilizar su madera como combustible, así como para ocupar los espacios que habita para construcciones y obras de infraestructura.

En muchos casos estos bosques compiten con la industria turística, el desarrollo urbano, los puertos y los muelles. Las actividades que tienen lugar en las cuencas conectadas hidrológicamente a los ecosistemas de manglar también los impactan indirectamente. Por ejemplo: a través de la contaminación fruto de las actividades agrícolas y urbanas, así como por cambios en los flujos de agua dulce y salada, debido al dragado de canales y a la construcción de diques y presas.



Muchos de estos bosques han sido devastados también, por el avance de la frontera agrícola y ganadera, para producir sal y para criar de manera intensiva peces y camarones. Estas industrias tienen impactos, en algunos casos irreversibles, en los recursos del manglar ya que incorporan en sus suelos las infraestructuras necesarias para implementar piscinas donde se pueda evaporar el agua marina para obtener sal o que sirven de criadero de pescado y camarón. Ambas prácticas destruyen la estructura natural del ecosistema.

Si la destrucción de los manglares continúa, además de la pérdida biológica y ecosistémica que esto supondría, acarrearía también consecuencias graves para las personas de las zonas costeras que dependen de estos ecosistemas y sus servicios para su bienestar, a través de la explotación sostenible del manglar, la capacidad de resistencia frente a grandes olas y otros fenómenos naturales, y la exposición de estas comunidades a los efectos del cambio climático.

Los manglares desempeñan un papel importante como fuente de recursos insustituibles para muchas poblaciones campesinas en los trópicos. Esto es particularmente crítico en aquellas regiones en donde las áreas terrestres adyacentes a los manglares son predominantemente áridas (delta del Niger, cinturón árido pericaribeño o golfo de Bengala).

También son todo un espectáculo para los amantes de la naturaleza

Fuente: este post proviene de este blog, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Modificado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Dicen que la Gran Barrera de Coral australiana es el equivalente oceánico a la selva amazónica. Hasta 400 tipos de coral aportan los nutrientes necesarios para concentrar una biodiversidad asombrosa q ...

La extracción y procesamiento de minerales comprenden una serie de acciones que producen significativos impactos ambientales que perduran en el tiempo, más allá de las operaciones de extracción. Actua ...

Recomendamos