Todo el que ha visitado España o al menos leído algo sobre el país, sabe que entre sus tradiciones más características se encuentra el exótico baile flamenco. Una expresión cultural sentidísima e inconfundible que se ha extendido por el mundo, alcanzando gran popularidad en países de américa latina, Europa e incluso Japón. Sin duda alguna, es una de las principales atracciones para todo aquel que viaja a España por lo hipnotizante de sus movimiento, por la emoción que irradia este baile y sobre todo porque el baile flamenco es capaz de hacernos perder en el tiempo y llevarnos a un espacio donde la pasión es lo único que importa. ¿Quieres saber más sobre el baile flamenco? ¡Sigue leyendo y descúbrelo!
Orígenes del baile Flamenco Si bien el baile flamenco es toda una expresión artística por sí misma, es innegable que no puede haber existido sin que primero se originara la música que lo mueve. Es por ello que, para rastrear los orígenes del baile flamenco, debemos adentrarnos hasta el nacimiento mismo de la música flamenca.
Si bien no puede decirse una fecha o momento exacto en el que flamenco haya sido creado, sí que se puede decir dónde se originó. La región de Andalucía, especialmente Granada, Murcia y Extremadura son la llamada cuna del flamenco y es en esas zonas donde hoy en día, aún, se reúnen todos aquellos que quieren disfrutar de un espectáculo flamenco verdadero, sentido y original. No porque no se puedan encontrar buenos bailaores de flamenco, pero en definitiva estas zonas tienen un halo mágico y un orgullo por haberle dado nacimiento a dicho arte que hace que sus espectáculos sean únicos.
Así pues, fue en Andalucía que nació esta expresión artística pero se encuentra lejos de ser sólo folclore andaluz o de haber sido influenciado sólo por la cultura española. Gracias al mestizaje y al gitanismo tan característico de la región, el baile flamenco surgió de una mezcla de culturas que incluye la cultura griega y romana en primer lugar y luego de las judía, morisca e incluso hindú. El misticismo que rodea a todas estas culturas es lo que le otorga al baile flamenco toda esa dignidad y misterio que tanto seducen al verlo bailar.
Sin embargo, el baile flamenco como lo conocemos hoy en día, con una estructura y una puesta en escena se origina específicamente en el s. XVIII en los llamados “cafés cantantes” y rápidamente cautivaron el corazón de los escuchas que ya vibraban ante las voces flamencas y, desde entonces, se emocionaban también ante los movimientos que los bailaores de flamenco realizaban para interpretar a los cantaores.
El baile y el bailaor El baile flamenco es uno de los más sentidos y variados del mundo, ya que, aunque existen formas, figuras, combinaciones y pasos, la verdadera esencia se encuentra en la interpretación que el bailaor le da al cante que se entone. En este sentido, el baile flamenco se basa mucho más en la improvisación que en una coreografía como tal.
Lo interesante de la escena del baile flamenco es precisamente que todo se da y se dispone dentro de la misma puesta: el cantaor y el tablao resuenan la música mientras el bailaor de flamenco se mantiene inmóvil a la escucha. Una vez el bailaor se ha cargado de toda la energía que la música emana, que ha descubierto el tono y que le ha bajado la musa, empieza el baile.
En el baile flamenco lo importante es que el bailaor capte la energía y el sentimiento que la música emana y pueda transmitirlo al cuerpo de forma tal que en su baile se sienta y se vea toda la emoción que lleve el cante. En las manos, el zapateo y el rostro del bailaor se muestran cada uno de los quiebres de la voz del cantaor e incluso, si el bailaor realmente es bueno, se pueden ver hasta las lágrimas dependiendo del tipo de cante que se esté bailando.
Finalmente, el baile flamenco con sus movimientos de brazos, de manos, sus ritmos, giros, texturas, zapateos y demás, es tan variado que puede darse perfectamente en más de 50 palos o cantes sin que haya exactamente una clasificación de tipo de baile o pasos característicos para cada uno. Lo importante del baile flamenco es sin duda la pasión y el sentimiento que se le da y, en consecuencia, la experticia del bailaor aflorará ya alcanzará el máximo esplendor que su técnica le brinde para deleitar a todos los nativos y turistas que han mantenido viva la esencia del baile flamenco durante siglos.