Hoy os quería hablar de una de mis series de cabecera House of Cards de Netflix. Es un drama político ambientado en Estados Unidos que narra la luchas por el poder del congresista Frank Underwood (Kevin Spacey) y de su esposa Claire (Robin Wright).
Me interesé por esta serie por dos cosas: Kevin Spacey, que me apasiona desde Seven, American Beauty y Cómo acabar con tu jefe, y los enredos políticos que siempre me han interesado (y si se mete la CIA mejor)
La verdad es que vi las dos primeras temporadas sola y del tirón, ya que Netflix tiene la decencia de colgar sus series enteras y no por capítulos cada semana o quience días. Me enganchó desde el primer momento porque me gustan los personajes principales malvados, enrevesados, inteligentes, manipuladores, mentirosos, ansiosos de poder y venganza y sin duda los de esta serie cumplen con esos adjetivos y alguno más que se me escapa.
Cuando terminé de ver las dos primeras temporadas me quedé tan helada que no pude dejar de pensar en el final durante un buen rato y al tiempo, se la recomendé a mi chico y volví a verlas con él ¡a él también le entusiasmó!
De las cuatro temporadas que he visto me han parecido brillantes las dos primeras temopradas y la última. El último capítulo de la consiguió ponerme los pelos de punta y dejarme ansiosa por ver la siguiente.
No puedo dejar de hablar de Claire (Robin Wright), la mujer de Frank, que si él es bueno como principal ella se va haciendo ver poco a poco y pasa de un segundo plano bueno a un primer plano genial.
No sé si la habréis visto y qué opinaréis pero yo tengo mi final perfecto ¡ya os lo contaré a su debido tiempo! que no hay que hacer spoilers.
Os recomiendo encarecidamente que la veáis, de verdad, merece mucho la pena.
Besos!
Fuente: este post proviene de Tejemerge, donde puedes consultar el contenido original.
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