Amor entre cuerdas: Cap 7



-Capitulo 7-

Estaba divagando entre el cyan o el azul turquesa de la tela de los cojines, cuando Esteban llego con la caja de muestra que le había solicitado.

-Venga ¿que traes aquí? Se quejó.

-Solo unas pocas muestras de porcelanato y mármol.

-¿Unas pocas? Yo diría que las suficiente para crearte un mini castillo por aquí.

-No exageres, tampoco pesan tanto.

El me entrego la caja para confirmar su punto y realmente estaba pesada, pero hice como si nada y la deje en el suelo mientras me sumergía a buscar dentro de ella.

-Espero que eso sea todo, sino tendré que visitar mañana a mi traumatólogo.

Yo sonreí porque sabía que Esteban solo bromeaba.

-Ya deja las boberías, deberías considerar apuntarte en un gimnasio para que agarres más fuercita.

Él se arrodillo junto a mí y me ayudo a sacar poco a poco cada pieza colocándolas una al lado de la otra para verlas mejor. Cuando ya todas estaban sobre el suelo habíamos creado un gran rectángulo de pequeñas recuadros.

-Listo, creo que esta es la última.

Se levantó limpiando las rodillas de su pantalón.

-Espera, ayúdame con algo más.

Me pare rápidamente a donde había dejado los dos trozos de telas y levante los brazos de tal manera que las telas quedaran una al lado de la otra para poder compararlas mejor.

-¿Cuál te gusta más? La Cyan o el Azul Turquesa. Le indique mientras levantaba la tela correspondiente para que supiera cual era cual.

El la miro concentrado por unos segundos y finalmente me dijo.

-Creo que son iguales, no veo cual es la diferencia.

Torcí la cara como diciendo ¡Qué dices¡ mientras volteaba los trozos de tela hacia mi convenciéndome que había cometido un error, pero allí estaban los dos colores que a mi parecer eran tan distintos.

Escuche la voz la Dayan hablando por el teléfono mientras caminaba hacia nosotros por el pasillo, esa mañana vestía una linda falda alta que acentuaba su cintura de avispa. Colgó justo al llegar ante nosotros.

-Hola bonita, te traje tu late de vainilla y el presupuesto de la iluminación.

-Oh Gracias a dios. Dije mientras tomaba ambas cosas y le echaba un vistazo por encima al papel.

-Lo sé, puedes creer que me dejaron en espera 30 minutos, tuve que ir directamente a la compañía a pedir hablar con el gerente, tenía dos semanas solicitando me lo enviaran.

-Muchas gracias Dayan eres un sol. Dije contenta mientras le lanzaba una sonrisita y ella me daba rápidamente el estatus de todas las asignaciones que le había dejado a cargo mientras las tildaba en su carpeta como listas.

Esteban torcía la boca burlándose de Dayan mientras pensaba no lo mirábamos, no pude evitar torcerle los ojos.

-Pues bien Ashley como te dije si ya no necesitas nada más voy a irme de vuelta a la oficina.

-Sí creo que ya todo por aquí está listo, muchas gracias por las muestras Esteban las necesitaba urgentes.

Dayan le comento que la esperara para irse juntos, ella ya había terminado y necesitaba recoger un paquete que le entregarían más tarde en la oficina. Justo cuando estaban a punto de retirarse me acorde.

-Dayan espera…que me dices ¿Cyan o Azul Turquesa?

Levante las manos haciendo el mismos procedimiento que había hecho minutos antes con Esteban.

-¿Para qué son las muestras?

-Para los cojines del Lobby.

-Por supuesto que Azul. -Me dijo como si fuera la cosa más obvia y finalmente se retiró dejando a un Esteban pasmado que seguía viendo lo mismo entre ambas telas.

-Gracias y adiós!!

Les grite cuando desaparecían por las puertas de cristal disfrutando de mi humeante café.

Cuando llegamos al lugar ya la pelea había comenzado. Me había enterado por Lory que esa noche Allan tendría otro encuentro, al principio me dolió porque pensé que el mismo me invitaría aquella tarde cuando me vio en el gimnasio, pero a decir verdad prácticamente estuvo todo el rato huyendo de mí, como si no quisiera hablar conmigo así que termine mis ejercicios antes de tiempo y me fui a casa. Poco después Lory me había llamado y antes de considerarlo mala idea ya estaba de camino a recoger a mi amiga.

-Hay mucha más gente hoy que la vez pasada-

Grite para que me lograra escuchar sobre el ruido de la gente, ella afirmo con la cabeza mientras iba abriéndonos paso por la multitud.

-Mira Ash, es él-

Me grito a su vez señalándome el sujeto de pantaloncillos azules que bailaba sobre el ring, y déjenme decirle que no había vista más maravillosa que esa.

Alan estaba allí, tan majestuoso como la última vez que lo había visto, sin camisa, con la piel del torso e impregnada de sudor, se movía como un ágil leopardo rondando a su presa, tenía la mirada concentrada en su contrincante, un sujeto de unos pocos centímetros más bajo que él pero mucho más musculoso.

-Es mejor que cierres la boca o nos ahogaremos en tu charco de saliva-

Lory se reía de mí a un lado, mientras yo cerraba la boca y volvía mi atención a la pelea.

Alan estaba contra las cuerdas tras ser acorralado por su rival, estaba bloqueando una lluvia de golpes en los costados, yo sentía el corazón a millón mientras aguantaba la respiración, ya había olvidado lo emocionante que podría ser aquello.

Tocaron la campana y Alan tuvo el respiro que necesitaba para componerse de la embestida.

Estaba tomando agua en el momento justo que su mirada se cruzó con la mía, yo lo salude con la mano como la mismísima colegiala tonta que ve a su cantante favorito en la tarima.

El pareció algo sorprendido al principio pero luego me devolvió la sonrisa y un guiño de ojo.

Una mano en mi espalda me sobresalto en ese momento, y al devolverme conseguí a la pelirroja y a otro chico del gimnasio que siempre les veía entrenando junto a Alan.

-Ashley cierto? Me pregunto el sujeto cerca del oído para poder escucharlo.

-Sí y tú eres…

-Jack, un placer, ella es Lorena… bueno creo que ya la conoces.

Me dijo sonriendo y la peliroja me saludo con un gesto burlón.

-Si por supuesto que la conozco. Le presento a mi amiga Lory.

Se intercambiaron los saludos y nuevamente comenzó la pelea así que pronto me olvide de ellos.

Alan estaba nuevamente allí, moviendo sus pies calculando el siguiente paso del rival. El sujeto se aproximó a golpearle pero Alan tenía los brazos más largos que él y logro impactarlo con fuerza en el pómulo antes que pudiera apenas acercarse.

La multitud comenzó a gritar más fuerte, la pelea pareció dar un giro, ahora Alan manejaba la situación, daba vueltas alrededor del sujeto buscando huecos en su defensa y acertando uno tras otro jab justo a su cara.

Su mirada había vuelto, la que lo mantenía a miles de kilómetros de allí, concentrado en su presa, podía haberse caído el lugar y él no se habría dado cuenta. Era la misma mirada de un animal en casería, con sed de sangre.

Unos cuantos golpes más y el sujeto había quedado noqueado. Juro que grite como loca cuando Alan subió sus manos declarándose ganador.

En cuanto estuvo bajo del ring nos acercamos para saludarle, obviamente no había sido mi idea, lo mío había sido salir corriendo de allí para evitar conversaciones incomodas, si lo acepto, soy una cobarde, es que venga con ese cuerpo allí frente a mí, a medio vestir, mis fuerzas las tenían todas de perder.

Jack choco su mano con la de Alan y le dio unas palmaditas en el hombro para felicitarle, Lorena por su parte le dio un suave golpe en el pecho pues estaba sudado así que se limpió la mano en el pantalón mientras bromeaba, los que pasaban a nuestro lado le daban palmadas o gritaban en favor al ganador.

Lory se le lanzo a abrazarle a sorpresa de todos, hasta del mismo Alan que finalmente la atajo divertido mientras comentaba algo por lo bajo. Y bueno finalmente todos los ojos se posaron en mí, incluyendo los de él.

-venga dale un abrazo al ganador- Me empujo Lory y antes que pudiera hacer nada él ya me había cogido entre tus brazos, y es que tampoco me puedo quejar, aquello no se sentía nada mal aunque me estuviera muriendo de vergüenza y taquicardia.

-¡Felicitaciones!

Fue lo único que me salió para decirle, el me abrazo con fuerza, pero de no de esa fuerza de tritúrame los huesos sino de esa fuerza de un abrazo agradable.

-Gracias por venir.

Me dijo al oído antes de dejarme ir.

-Aunque no me invitaste- Gesticule en silencio para que me leyera los labios.

El sonrió cuando entendió lo que le dije. Se despidió por el momento de nosotros para ir a cobrar su dinero y darse una rápida ducha, quedamos en verle afuera.

Una vez afuera del lugar descubrí a Lory encantada hablando con la pelirroja y sentí por dentro la llama de la traición, (Ok No), por lo que me entretuve poniéndome al corriente con Jack que para mi sorpresa era amigo desde la niñez de Alan y toda la vida había entrenado en aquel Gimnasio que había heredado de su padre.

-Allan me ha comentado lo que has hecho por él.

Yo le mire confundida sin entender a que se refería.

-Lo del pago de su deuda…

-Ah ya, si, pues no ha sido nada.

-Créeme que ha sido mucho, no sabes cuánto vale para él ese lugar.

-Supongo que solo hice lo correcto.

El me sonrió en confirmación y poco después Alan salió de la pequeña puerta del depósito.

-Estamos listos y ahora a dónde?

-Es hora de divertirnos un poco amigos.- Grito con entusiasmo Lory como si los conociera de por vida y antes que pudiera inventar alguna escusa salimos pintados a un bar de unos conocidos por unos tragos.

El lugar se llamaba “La cueva” y sí que hacia honor a su nombre, lo único iluminado que podía ver era la barra y parte de la pista de baile, pero eso no era impedimentos para que se divirtiera las personas que ya estaban allí.

Al parecer el local era todo un boom, pues no parecía entrar un alma más, por lo que si los chicos no fueran conocidos al barman fuera sido imposible conseguir un espacio en la barra.

-¿Que van a tomar? Nos preguntó Jack por encima del sonido de la música.

-Solo una soda. (Ya me estaba cansando de tener que gritar todo)

Todos me vieron con cara de loca.

-Mañana temprano tengo que trabajar.

-Vamos mañana es sábado, tomate algo!. Insistió Jack.

-No de verdad, tengo que estar mañana a primera hora en la oficina.

Jack subió los hombros en gesto de derrota. Lory y la peliroja pidieron unos cocteles para encender los motores, los chicos por su parte un par de cervezas.

Todos estaban hablando animadamente de la pelea con Cesar, el barman quien iba a atender cada tanta a los clientes y regresaba para seguir con la conversación.

Descubrí un par de veces a Alan lanzándome miradas pero en cuanto me daba cuenta se hacia el tonto. Comenzó a sonar en ese momento una canción de David Guetta que sabía Lory amaba, se para de un salto pidiéndonos a todos que fuéramos a bailar, la verdad yo estaba cansada así que preferí quedarme en la barra mientras mi amiga a punta de pucheros se llevaba a rastra a Alan a bailar, poco después les siguió Lorena y Jack a la pista.

Definitivamente Bob debe sacar con más frecuencia a su esposa, pensé mientras me reía al verles bailar desde el otro lado del local, Alan estaba intentando llevarle el paso pero mi amiga parecía una anguila eléctrica moviendo cada partecita de su cuerpo, todos estaban divirtiéndose menos yo que parecía una vieja tomando soda sola en la barra, -ya estaba vieja para eso- pensé.

Dos canciones después Alan había cambiado de pareja para darse un respiro, aunque me dieron celos verlo bailar con Lorena al final solo parecían bueno amigos y en plan de fuga se fueron saliendo poco a poco de la pista dejando a Jack solo con aquel paquete.

-Tu amiga sí que tiene energías retenidas. Me dijo Alan sentándose en el banco de mi lado.

-Pobre Jack, no sabe que les espera.

Cesar nos trajo otra ronda de bebida y fue cuando Lorena vio lo que estaba tomando.

-De verdad Ashley? Pareces una cría, tomate algo de verdad.

Me sorprendió que me hablara y mucho más para decirme a aquello, pero parecía decirlo más por diversión que para molestarme.

-No gracias, mañana tengo que trabajar muy temprano.

-No me digas. Se burló de mí mientras le daba el último trago a su coctel y le pedía dos shot de triple seco a Cesar.

Cuando llegaron los tragos Lory había regresado a la barra arrastrada por un Jack que suplicaba un suspiro.

-Venga a la de tres- Me dijo Loreno ofreciéndome un segundo shot y tomando el suyo con la otra mano.

Hice ademanes de negarlo pero insistió.

-Por la victoria de Alan, vamos aunque sea uno.

Mire a Alan quien me dio una mediana sonrisa con la mirada de “lo siento mucho”. Lory también pidió un trago y se unió a nuestro brindis haciendo que finalmente tuviera que aceptar.

-Bien, pero que conste que es el único.

-Tranquila Ashley no tienes por qué sentirte mal por ser una debilucha.- Me dijo con ironía mientras todos abucheaban burlándose de mí y juro por dios que se me encendió la sangre por lo que agarre ese trago y en menos de un pestañear ya el licor bajaba por mi garganta.

Todos gritaron como adolescente celebrando, posteriormente Lory y Lorena tomaban el suyo.

Las tres arrugamos la cara mientras nos reíamos como si fuéramos las más íntimas amigas, Lory aprovecho el impulso para arrastrarnos a la pista, los chicos lograron excusarse diciendo que iban a hablar unas cosas antes y se burlaron a lo lejos de nosotras cuando nos vieron entrar en la pista.

Digamos que el trago nos animo un poco, a los minutos ya estamos apoderándonos de la pista al ritmo de la música. Cuando la música pasó a una balada fue tiempo de volver con los chicos.

-Qué me dices, quieres otro o está muy fuerte? Nos preguntó Cesar cuando paso por nuestro lado para llenar nuevamente los vasos.

-Dame otro. Dije sin vacilación y así fue como comenzó todo, Lorena se tomó un trago por cada uno que yo me tomaba pero sabía que esta vez no podría ganarme. Cuando terminamos el 7to shot ella se dio por vencida.

-Lo acepto, eres buena con esto, si tomo otro más Jack tendrá que llevarme cargada a casa.

Yo sonreí con suficiencia aunque sabía que también estaba cerca de desmayarme en la barra.

-Como lo haces si hace un rato no querías tomar. Me pregunto Lorena.

-Practico mucho. -Le dije mientras sonreía y les conté las apuesta que usualmente hacía los viernes por la noche con Dayan, mi asistente, cuando nos quedábamos trabajando hasta tarde en la oficina.

-Eso parece divertido. Comento finalmente la chica que ya comenzaba a caerme bien… o eran los efectos del alcohol.

-Bien creo que es hora de quemar un poco esos tragos. Me sorprendió diciendo Alan mientras me tomaba de la muñeca directo a bailar. Jack iba con Lory y Lorena prefiero quedarse en la barra tomando un respiro.

Caminaba agarrada fuertemente del antebrazo de Alan quien se abría fácilmente camino a la pista, el piso estaba comenzándose a mover y en cuanto estuvimos entre la multitud de personas bailando me le lance a los hombros para evitar caerme.

-No sabía que tuvieras tantas ganas de abrazarme hoy, ya es la segunda vez esta noche.

Me dijo al oído mientras sonreía y le pellizque un brazo para que me dejara tranquila pero solo lo hizo reír más.

-Lamento haber sido un idiota hoy en el gimnasio.

Aquello me había tomado por sorpresa así que me retire un poco de él para verle la cara y ver si estaba diciéndolo en serio. No parecía bromear.

-Sé que lo de mi casa estuvo raro, pero no quiero que nos tratemos como desconocidos.

El afirmo con la cabeza y se acercó unos centímetros hacia a mí para que pudiera escuchar claramente lo que me decía.

-Realmente lamento que hallan llamado en ese momento.

-Yo también lo lamento. Dije finalmente luego de un breve silencio.

Y no pude aguantarlo más, no sé si había sido la bebida, la música tan alta o la adrenalina de la pelea, pero no me detuve ni siquiera cuando él se alejó a sostenerme más fuerte porque pensó me iba caer, simplemente lo bese.

Oh dios! Si que se sentía bien la mescla de licores en nuestras bocas, el sabor amargo de la cerveza en su lengua, lo abrace con fuerza sosteniéndome de su cuello, acercándolo a mí. El beso se sintió más que un deseo una necesidad y el me lo devolvió con mayor pasión sosteniéndome por la cintura.

Cuando nos separamos, me faltaba la respiración y el piso parecía moverse, aunque no sé si era por el alcohol o lo embriagador de su boca.

Jack apareció detrás de una pareja diciéndole algo al oído y pronto ambos me arrastraron entre la multitud de vuelta a la barra.

Lorena se veía realmente mal, estaba prácticamente desmayada sobre la barra con el cabello cubriéndole el rostro, cualquiera podría pensar que me alegraba verla así luego que me noqueara en la lona, pero lo único que sentí fue ganas de sacarla pronto de allí.

Entre Lory y yo la llevamos al baño para lavarle el rostro y le sostuvimos el cabello cuando comenzó a devolver el licor. Una vez sintiéndose mejor con la ayuda de Alan la metimos dentro del auto de Jack quien se encargaría de llevarla a casa, por su parte Alan no me dejo conducir luego de ver que había metido retroceso en debe de drive al salir del estacionamiento.

-Creo que es mejor que yo conduzca.

Me dijo lanzándome al lado del copiloto mientras manejaba camino a mi apartamento. Lory se había quedado dormida en asiento trasero por lo que decidí enviar un mensaje a Bob diciéndole que se quedaría conmigo, así me evitaría una explicación.

Cuando llegamos al estacionamiento del apartamento abrí los ojos, me había quedado dormida en el camino. Mire la hora del tablero y casi se me salen las lágrimas al ver las 3: 12 de la madrugada.

-Oh no, dije en voz alta.

-Qué pasa? Me pregunto Alan acariciándome el rostro tratando de descifrar si me sentía mal.

-En tres horas tengo que estar en el hotel para recibir a la compañía que colocará la instalación eléctrica.

-Entonces te vendré a buscar en 2 horas y media y te llevare al trabajo.

Aquello no me lo había esperado, sabía que el tampoco dormiría mucho por mí.

-No es necesario de verdad.

-Quiero acompañarte.

Y a eso no supe decirle no y menos con el malestar de la resaca que estaba comenzando a hacer efecto.

-Gracias. Le susurre mientras le daba un beso de despedida y tuve que hacer grandes esfuerzos para despegarme de su boca y salir del carro llevando a rastras a Lory.

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