Estando en Fitur conocí a Javier Domingo, mejor conocido como Lagarto Rojo, quien fue el que amablemente me llevó a conocer el Palacio Real y el Templo de Debod en Madrid (Cibeles y la Gran Vía ya las conozco, por eso en esta ocasión no quise ir). Así que mi último día en Madrid decidí conocer Zaragoza, única ciudad en el mundo con dos catedrales, siendo una de ellas Patrimonio de la Humanidad.
El viaje de Madrid a Zaragoza dura 4 horas, pero debo decirles que ni se sienten, debido a la excelente calidad de la carretera.
El primer día en Zaragoza visitamos la Basílica Catedral del Pilar la cual es sencillamente impresionante, con sus pilares, su increíble coro, su portentoso retablo de alabastro, su órgano (uno de los órganos más grandes de Europa), una parte del casco antiguo de la ciudad y 1 de sus 14 puentes, los cuales cruzan el río más grande de España, El Ebro.
Por la tarde almorzamos en un "bar" vimos el atardecer desde el puente más antiguo de Zaragoza y así seguimos caminando por la ciudad hasta que cayó la noche y visitamos la "zona viva" donde pude comer las famosas "migas" (migajas de pan cortadas sofritas en aceite de olivas con pequeños trozos de chorizo o jamón y huevo frito) y huevos rotos acompañados siempre de pan. Estos platos son típicos de Aragón y Extremadura.
Como después de comer todavía tenía fuerzas, pues nos fuimos de chupitos a "El Tubo" (zona del casco antiguo famosa por sus bares de tapas), lo mejor era el buen ambiente que se veía entre todos los rostros.
Y fue así la tarde-noche de mi primer día en Zaragoza.