Soy María José Osuna, azafata de la compañía Iberia hasta hace 4 años.
Durante 27 años he tenido la suerte de disfrutar de una profesión excitante y de un tipo de vida apasionante. Para mí ha sido un verdadero orgullo llevar un uniforme con el que representar a mi país y sobre todo, compartir trabajo, vivencias, aventuras y desventuras con unos compañeros y compañeras que formábamos una gran familia y que a día de hoy, llevaré siempre en mi corazón.
Pero un día, tomé una gran decisión que fue cambiar radicalmente de vida y dedicarme a mis otras grandes pasiones: Mi familia y la Decoración , al que hoy por hoy me dedico.
Siempre he sido una gran amante de la decoración y cuando conseguí mi sueño de ser azafata con 19 años, con 20 me dije: y por qué no luchar por mi otra vocación?.
Justo al año de empezar a volar, decidí estudiar adaptando mis vuelos. Se hicieron mis compañeros inseparable los rotrings, los apuntes y.la ilusión. ¡Quien hubiese pillado la época de la tecnología para facilitarme la vida en los hoteles donde los escritorios eran tan estrechos para los planos, que mis mesas de dibujo se convirtieron en esos suelos enmoquetados que me complicaban todo!
Pero como,” quien la persigue la consigue , en 3 años me convertí en decoradora de titulación.
Mi vida volando ha ido siempre paralela a mi vida como decoradora, gracias a la oportunidad que nos daba Iberia de poder solicitar excedencias voluntarias, de las que yo me beneficié durante bastantes años.
Pero llegó el momento de decidir. Ya no podía con todo y. tomé la decisión, la cual unos días pienso que acertada y otros que no.
Ser azafata no es solo una profesión sino un estilo de vida. Quienes vuelen, me entenderán.
Y ese esa forma de vivir se echa mucho, pero mucho de menos!! Y a esa gente tan trabajadora, tan luchadora, tan. todo, también.
Quien haya dejado de volar, me entenderán y mucho!!
Mi proyecto de unas lámparas-cuadro fue el culpable de tan pensada desición. Mis lámparas de Acontraluz Marbella fueron mi nueva motivación.
Nacieron en un autobús en Londres cuando nos llevaban a la tripulación al aeropuerto y una silueta en un escaparate me inspiró. A partir de ese momento, comencé a diseñar lo que hoy ha sido un proyecto muy importante en vida.
Hoy día además de mis lámparas, tengo nuevos proyectos casi todos relacionados con el mundo de la decoración aunque a las ternas se están cambiando y lo de viajar, que lo llevo en la sangre, me está abriendo caminos en otros mundos.
Tengo 51 años, una vida pasada apasionante y espero que el futuro me depare nuevas pasiones.
La gente que volamos, somos diferentes! Necesitamos vivir todointensamente y siempre activos a nuevas aventuras.
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