Mi hijo es un fanático de las artes marciales. Desde el día en el que descubrió casualmente a "Las tortugas ninja" hasta el presente, no hay momento en el cual no vaya por la vida como una réplica en miniatura de Bruce Lee en acción. De hecho, admira a Bruce Lee y conoce cada video existente en Youtube protagonizado por él. Aunque todavía no tiene edad para un entrenamiento formal de ningún tipo, desde hace un par de meses está practicando Tae Kwon-do. Supongo que con el tiempo decidirá si quiero o no, seguir adelante con esta práctica, sin embargo -más allá del placer que le produce tirar patadas a diestra y siniestra- incentivo que asista porque detrás del ejercicio físico que suponen las clases semanales hay una filosofía ancestral. No soy experta en el tema, ni mucho menos pero desde que escuché a los niños afirmar a viva voz los principios del Tae Kwon-do, me convencí absolutamente del acierto que supone que un niño lo practique desde temprana edad. Y si te preguntás a santo de qué, viene esta introducción anecdótica para inaugurar Intensionalmente, te cuento que si practicáramos a conciencia -intencionalmente- los cinco principios, la convivencia social sería otra cosa.
Los cinco principios del Taekwondo.
Cortesía, Integridad, Perseverancia, Auto-control y Espíritu indomable. Al saludo final entre el maestro y los compañeros de clase, le precede un momento en el cual se repiten en voz alta cada uno de estos cinco principios. Nociones nobles, no sólo por que intensionan una forma de pararse frente a la realidad vital propia sino una forma de vincularse con los otros. Si me preguntan, quisiera que mi hijo encarnara cada uno de los principios. Ahora, también quisiera ser yo ejemplo de perseverancia y auto-control....Para que descubras si estos principios forman parte de tu vida y lo pensemos juntas, te dejo una breve definición de cada uno de ellos.
Cortesía.
El espíritu de cortesía supone promover el carácter respetuoso, desarrollando una personalidad amable, sincera y que aliente el sentido de la justicia. Los valores que sustenta son la honestidad y el respeto. Supone la aceptación de las propias limitaciones y las ajenas, la capacidad de comportarse de acuerdo a la situación y el más amplio sentido humanitario.
Integridad.
La integridad es la capacidad de hacerse responsable de los propios actos. Una responsabilidad vertebrada por principios morales nobles, midiendo cada uno de nuestros actos en función de la conciencia de lo bueno y lo justo.
Perseverancia.
Ejercitar la paciencia y la serenidad. Ser capaz de volver a empezar, cientos de veces si es necesario y en el convencimiento de que no existe ningún obstáculo insuperable. Porque nadie que sea impaciente en lo trivial tiene éxito en lo que realmente importa. Frente a la intolerancia a la frustración que parece ser el signo de nuestro siglo (me hago cargo de lo que me toca), enfrentar los desafíos de la vida según el principio de perseverancia es mirar el futuro con la esperanza de estar cada día un poco más cerca de lo que queremos.
Auto-control.
Y llegamos a la piedra de toque. Quiero creer que soy una persona cortés e íntegra. Ahora, en lo que respecta a mi capacidad de auto-control, dejo bastante que desear. Si en algo tengo problemas y serios, es en manejar los impulsos. Para quien practica el Tae Kwon-Do, poseer auto-control es confiar en el entrenamiento recibido y usar sus potencialidades de forma justa, de acuerdo a la virtud de la templanza. Dicho con otras palabras, vencerse a sí mismo es el verdadero logro. Voy a intentar recordarlo la próxima vez que me encuentre frente a frente con una torta de chocolate...
Espíritu indomable.
Ante a las situaciones difíciles o en los momentos de confusión, el espíritu indomable es aquel que actúa con modestia y honestidad pero sin quebrarse. Sin que lo atemoricen la dificultad o la dimensión del reto que hay que superar. También es aquel que puede pararse frente a la injusticia y denunciarla sin culpa y sin miedo.
Practicar el auto-control y la perseverancia es uno de mis desafíos para los próximos 360 días. Perseverar en el proyecto propuesto con la capacidad de dominar el impulso de abandonar frente a la primera dificultad. Soy de las que tienen un umbral muy bajo de tolerancia a la frustración porque no puedo dominar mi ansiedad de perfección. Aunque racionalmente entienda los riesgos del perfeccionismo, la búsqueda de lo perfecto está en todos mis inicios. Comenzar sin expectativas y aceptar el fluir de las cosas es otro de mis propósitos. Te unís a mi reto personal?