Hoy les hablo sobre nuestras pequeñas incursiones turísticas que realizamos para conocer el verde que te quiero verde gallego combinado con la presencia monumental del mar.
Como somos amantes de la naturaleza a finales de otoño decidimos aventurarnos a conocer el Monte de San Pedro en la Coruña; tras llegar en autobús y enfilarnos por una colina llena de pequeños merenderos y sus correspondientes parrilleras (o como dicen aquí barbacoas) me traspolé al buen tiempo en imaginé lo bien que se debe pasar en verano con el calorcito y esa brisa marina dándote de lleno en la cara.
Total que a medida que nos aproximamos esta era la imagen que nos recibía:
Si, hay un museo y hasta un mirador al cual no entramos porque estaba cerrado, pero dicen que son vistas impresionantes, lo cual prometo verificar cuando volvamos y haga buen tiempo.
Si nos vamos un poquito por el tema histórico resulta que geográficamente este es el punto mas alto de la ciudad por lo cual allí se montó un fuerte de guerra para defender a la ciudad de los británicos.
Hay cañones, pasadizos, cadenas y si, mas vistas impresionantes a la ciudad y al océano, da entre emoción, miedo y respeto, sentir lo diminutos que somos frente a la naturaleza (si, le tengo mucho respeto al mar).
Aquí un poquitico de lo que mis ojos vieron:
Y si, nosotros fuimos cuando aún no habían comenzado a bajar las temperaturas realmente y al menos yo que llevé camiseta térmica, chaqueta y chaleco encima, pasé un frío terrible que al poquito de tomarme la foto que ven arriba, tuve que ponerme guantes y la bufanda cubriéndome todo el cuello y parte de la cara ¿Por qué? porque hay mucha brisa marina y el viento combinado con la humedad, hace que la sensación térmica disminuya considerablemente.
Hay restaurante pero si el plan es hacer pinic (cuando llega el buen tiempo) tranquilamente pueden llevar una cesta o bolso hasta con el mantelito y almorzar o merendar divinamente (prometo fotos en verano).
También tienen un laberinto natural que como cosa curiosa estaban unos novios allí haciéndose fotos por el día de su boda, y yo aún me pregunto como la mujer iba en traje impolutamente blanco con strapless y tacones de mas de diez centímetros caminando, casi corriendo como Heidi en la pradera, cosa que me llevó a pensar, una de dos: o la serotonina la tenía en 15000 por ser el día de su boda o había tomado alguna bebida espirituosa para darse ánimos y calor porque si no, no me lo explico...
Adentrándonos hacia el monte, una pequeña sorpresa mas: lago con patos...
Imágenes por demás tiernas:
En fin, si aman la naturaleza y quieren pasar un día diferente, gratis y llevar a los niños (porque hay parque también), lugar 100% recomendado.
Un beso enorme,
a nivel del mar ???