Este verano hemos recorrido Portugal, un viaje en coche que nos ha permitido descubrir un país encantador que está aquí al lado, bueno... al lado, lado de Barcelona no (tenemos más ceca Francia) pero muy cerca, y depende de donde vivas de España lo tienes a tiro de piedra.
Como hemos visitado tantos sitios y hay tanto que contar, he dividido el viaje en 3 posts y además los publicaré en tres días seguidos para que no sea una historia interminable y esté todo junto.
El primero, que es el de hoy, será Lisboa, el segundo Sintra y el tercero el norte de Portugal.
Está claro que se puede llegar a Lisboa en avión, pero nosotros preferimos hacer el viaje en coche, porque como queríamos hacer ruta por Portugal era más cómodo y una distancia asumible.
Hicimos de tirada el viaje en coche de Barcelona hasta Mérida, donde hicimos noche y visitamos los restos romanos que son una maravilla, el anfiteatro, circo... pero lo que es espectacular es el teatro, vale la pena la visita.
Ya entrados en tierras portuguesas, destino a Lisboa, la primera población a visitar fue Évora, en la región del Alentejo, con casas de paredes blancas rematadas de albero, calles empedradas y con muchas tiendas de todo tipo de objetos realizados con corcho.
Visitamos la catedral, subimos a su torre con unas bonitas vistas de la ciudad, y contemplamos el templo de Diana que estaba en obras.
Pero la visita que más llama la atención es la Capilla de los Huesos, una capilla forrada de huesos y calaveras, sitio macabro que ya en la entrada pone "Los huesos que aquí estamos por los vuestros esperamos", escalofriante.
La puerta de la calle y la del apartamento van con un código que te lo envían por mail días antes de la llegada, cada día te limpian la habitación, hacen las camas y cambian las toallas, como si estuvieras en un hotel, con la ventaja de que tienes una cocina muy bien equipada y mucho espacio. Una maravilla!
Nosotros no cocinamos nunca pero nos va bien para desayunar y cenar. La cena la compramos ya hecha, tipo ensaladas, embutidos, yogures, fruta... y al cenar en el apartamento nos permite llegar pronto al apartamento y así los niños pueden descansar más después del tute de todo el día.
Para moverse por Lisboa os aconsejo coger el pase de un día con el que podrás coger autobuses, metro, tranvía e incluso subir al elevador de Santa Justa.
Compramos la tarjeta de un día que cuesta 6,15 + el coste de emisión de 0,5, pero sólo con que cojas el tranvía y subas al famoso elevador de Santa Justa que une la Baixa con el Barrio Alto, lo tienes más que amortizado, porque el precio sin pase del elevador es ya de 5.
Paseamos por la Baixa, desde la Praça do Rossio, por la Rua Augusta hasta la Praça do Comércio.
Imprescindible coger el tranvía y recorrer las calles de la ciudad, el más conocido y turístico es el tranvía 28 que recorre la Lisboa más auténtica, los barrios de Graça, Alfama y el Castelo.
En todas las guías recomiendan coger el tranvía 28 desde la primera parada, en la Plaza de Martim Moniz y hacer todo el recorrido.
Con la experiencia os digo que NO lo hagáis, al menos en agosto. Tuvimos que hacer como dos horas de cola para coger el tranvía en Martim Moniz, había pocos tranvías y además cada uno salía casi vacío, sólo con las personas que podían ir sentadas, total que no drenaba.
No sé si es porque la gente quiere hacer el recorrido sentado y no sube si tiene que estar de pie o bien baja vacío para poder coger gente en las siguientes paradas... la cuestión es que tuvimos que hacer una cola interminable.
Nosotros cogimos el tranvía 28 en la Baixa cerca de Praça do Comércio y subimos hasta Moniz, hicimos la cola de dos horas para volverlo a coger y bajar en el mirador de Santa Lucía con espectaculares vistas sobre el Tajo, y continuar andando hasta la Baixa.
Yo os aconsejo subir hasta la Alfama con el tranvía e ir bajando a pie hasta la Baixa, parando en los miradores, en la Sé (catedral) y visitar el castillo de San Jorge con estupendas vistas a la ciudad.
El segundo día en Lisboa lo dedicamos a salir del centro, visitando el Monasteiro dos Jerónimos donde se puede ver en la foto la enorme cola para entrar, 45 minutos de cola para comprar la entrada (es lo que tiene agosto y ser un lugar muy turístico).
Lo más bonito del monasterio es su fabuloso claustro.
Se visita también la iglesia en cuyo interior se encuentra la tumba de Vasco de Gama (el Monasterio fue construido para conmemorar su regreso del histórico viaje en el que descubrió la ruta marítima de la Índia)
Justo al lado del Monasteiro dos Jerónimos se encuentra la histórica fábrica y pastelería de Pastéis de Belém, donde se empezaron a hacer los pasteles de nata, típicos de Portugal.
Son unos pasteles de hojaldre rellenos con una crema pastelera con nata y los puedes espolvorear con canela y azúcar glas. Vale la pena probarlos, están riquísimos, sobretodo recién hechos, aún calentitos.
En frente del Monasteiro dos Jerónimos se encuentra la Torre de Belém, símbolo de la ciudad.
Y a su lado, el monumento a los Descubrimientos, monolito de piedra en forma de carabela en el que aparecen 33 personalidades de la era de los descubrimientos, una visita muy agradable al lado del río Tajo.
TIENDAS CON ENCANTO
Vamos ahora un poco de compras por Lisboa, en la Baixa, donde hay unas tiendas realmente bonitas con mucho encanto.
Una de ellas es la Fábrica das enguias, donde venden latas de anguilas.
Silva & Feijóo es otra tienda donde venden conservas y es una cucada
En la Rua Augusta, probamos los pastéis de bacalhau, como unas croquetas de bacalao rellenas de queso, brutales! además acompañados de un vino de Madeira. Un delicioso bocado.
La tienda es una monada donde puedes ver en vivo y en directo como se elaboraron los pasteles de bacalao.
Pero la tienda que más me fascinó fue O mundo fantastico da sardinha portuguesa, una tienda decorada como si fuera un circo, que venden latas de sardinas, pero lo que menos importa es la sardina (7 la lata) porque lo que compras es la lata.
La lata va decorada con un año, mencionando dos personas que nacieron y dos hechos importantes ocurridos ese año.
Si no fuera por toda la decoración circense de la tienda y su packaging, seguro que no venderían ninguna, porque aquí lo que menos cuenta es la sardina. Un 10 en marketing!.
Y sí, nosotros compramos nuestros respectivos años (no lo pudimos evitar).
Y hasta aquí nuestro recorrido por Lisboa, desde donde hicimos excursiones a Cascais i a Sintra.
En el próximo post os hablaré de Sintra, sin lugar a dudas lo más bonito de Portugal.
No os lo perdáis.