Este viaje navideño de ensueño a Laponia está situada en la parte norte de la Península Escandinava, Laponia es una región geográfica formada por cuatro países: Noruega, Rusia, Suecia y Finlandia, y limitada por los mares que rondan al océano Glacial Ártico: mar de Noruega por el oeste y mar de Barents por el este.
Su atractivo principal reside en su belleza natural, copada por hielos y nieves en los largos inviernos, auroras boreales que tiñen los cielos de brillos verdes y naranjas en determinadas fechas del año, de bosques interminables y lagos azules en verano y congelados en invierno si este viaje navideño de ensueño a Laponia aun no te parece mágico hay otras cosas que te llamaran la atención. Asimismo, llama especial atención el conocido como sol de medianoche en verano, ya que debido a la latitud, no se pone el sol; y la fauna del lugar, con el reno como máximo exponente de una zona natural protegida y casi inmaculada.
Pero dejando de lado los atractivos lapones, hoy os quería hablar de cómo se viven las navidades en la Laponia finlandesa, cuna de San Nicolás, el famoso Papá Noel o Santa Claus, como queráis llamarlo.
Muy cerquita de la capital de esta zona, la ciudad de Rovaniemi, y justo en la demarcación geográfica de la línea del Círculo Polar Ártico, encontramos Santa Claus Village, un parque temático que tiene en la figura de Papa Noel su máximo atractivo, y que en Navidad vive su momento álgido de magia e ilusión.
Además de acercarte, sentarte junto a él y hacerte una foto con los tuyos para la posteridad, la zona reúne diversos atractivos, como la posibilidad de montar en trineo llevado por renos o lobos, y conseguir el ‘carné de reno' para pilotarlo tú mismo, dar de comer y acariciar a estos afables animales, alojarte en una típica cabaña finlandesa en mitad del bosque, conocer la cultura de los Samis, pobladores del lugar, hacer esquí de fondo, bañarte en un lago congelado tras una tradicional sauna pública o beber licores de regaliz (Salmiakki) o de menta con chocolate (Mintu).
Todo esto, acompañado de preciosos paisajes repletos de nieve, y de, como he comentado antes, la posibilidad de ver una aurora boreal.
Eso sí, si te decides a ir, ¡prepárate para abrigarte bien!, pues las temperaturas suelen rondar en invierno los 15º C bajo cero... ¡toda una experiencia!