?¡Por fin fotos de mis vacaciones!
?¡Ueeeehh!
?¡Y yo no aparezco en ninguna!
?¡Ueeeehh! Bueno, mi culo un poco sí, pero ya ves tú. Y es que, no sé vosotros, pero yo en la playa no me hago fotos. Quicir, ¿con la cara llena de crema y esos pelos? Ni de coña. Además con las manos llenas de arena yo no toco mi reflex, que ya hemos tenido suficientes disgustos. Y no es porque no haya nada digno de fotografiar, al fin y al cabo, es un hotel de Borjamaris y si por algo están caracterizados, a parte de por ser destino vacacional de tan divertidos personajes, es por los modelitos de las Cayetanas, Carlas y Rocíos que los acompañan. Porque van muy monas ellas siempre: bikini con pareito a juego, chanclas con plataforma (y si me apuras tacón kitten, que lo he visto), bolso en el mismo tono y gafazas de sol grandes que te mueres. Bueno, esto último un poco como yo porque me las pongo cuando bajo a desayunar y no me las quito hasta que me meto en la ducha para prepararme para la cena.
Y ¿qué he hecho en la playa? No-broncearme, leer y cotillear. (Porque lo de comer y beber como si no hubiese un mañana viene ya implícito en el concepto de vacaciones ¿no?) Es que tampoco hay mucho más que hacer, eso sí, qué blanquita he vuelto, qué libro tan bonito me he leído y qué de cotilleos traigo. De hecho para mí los días que paso en Cádiz son un poco como un estudio antropológico. (El tiempo en Mérida también ¿eh? Yo no discrimino por ciudades).
¿Qué hay que ver en un hotel de pijos?
Familias-bien, generalmente embarazadas del tercer hijo (posiblemente un Rodrigo o un Íñigo), que se traen a la interna para que les cuide a los críos durante las vacaciones.
Parejas jóvenes de guapos (muy guapos, muy ricos y muy bien vestidos. Esta gente, ¿por qué?)
Alemanes cogiendo el rojo cangrejero ese tan favorecedor (igual que yo).
Cuarentones que hacen nudismo en la piscina del hotel (que de verdad, no entiendo qué necesidad tendría yo de verle el pene a ese señor, no me fastidies).
Aristócratas belgas (no voy a confirmar ni desmentir que aquellos Cosmopolitans me los tomara con un miembro de la nobleza belga. Pero ahí lo dejo).
A Susana Uribarri y a Darek (lo normal).
Parejas de cincuentones que bajan a la playa con un bolso gigantesco de Louis Vuitton, él (que es el que lleva los bártulos, por supuesto) y shorts de pedrería, taconazos y Mini HL de la misma firma, ella.
Como podréis comprobar he estado muy entretenida juzgando estas vacaciones. Solo me da un poco de pena haber estado en la playa mientras se hacían actividades en la piscina. Quiero decir, ¡Borjamaris haciendo Zumba en la pisci, POR FAVOR! Pero bueno, otro año será.
¿Vosotros sois de cotillear en vacaciones? ¿O durante todo el año? Y lo más importante: ¿qué es lo más llamativo que habéis visto en verano? Porque lo del señor desnudo en la pisci yo creo que no lo voy a poder superar nunca.
P. D.: El libro que os comentaba es El cielo en un infierno cabe de Cristina López Barrio. A veces se hace un poco lento en la narración pero qué historia tan bonita, de verdad.