La espera es larga y como en todos los grandes maratones, las últimas etapas se hacen insoportables. Esos meses previos en los que descendemos a los infiernos y el calor te hace sudar desde la calva hasta el chochiflo, tiene un componente añadido: recordarte una vez más que eres un pobre diablo.
- Pobre, porque hasta para sobrevivir a la muerte mediante el aire acondicionado, tienes que hipotecar un riñón. De hecho, a mí ya me da igual no pegar ojo por las noches... Total, para tener pesadillas con la factura de la luz prefiero abanicarme el hummus con un pai-pai homemade.
- Pobre, porque UN AÑO MÁS, no has llegado a tiempo a la operación bikini y los chichos, esos que llevan contigo media vida, ya no se componen de "líquido en su mayor parte, eso-lo-pierdo-yo-en-un-mes-haciendo-detox". NO. El acero con el que se hacen los barcos es ligero comparado con la argamasa que rodea tu cuerpo. Esto ya sólo lo soluciona un cirujano clavando en tu culo una pajita de refresco de diámetro considerable y succionando con todas sus fuerzas hasta que salga el último grumo.
"¿Por qué me habré comido esas 10 (100) pizzas, Señor?" - exclamas a los cielos arrodillada en el suelo del baño. Ya te lo digo yo: porque eres pobre.
- Pobre como para que en cada ataque de ansiedad te tires a lo que tienes más a mano (y no me refiero al consorte). Una bolsita de risketos, media docena de donettes, un bocadillo de pan integral con chorizo y ¿nutella?...
Si tuvieras contratada un ama de llaves como la de la Preysler sobrevivirías a base de smoothies de puerro con rabanetes y estarías tan delgada que tu bikini bien podría hacerse con 2 donettes y 1 risketo.
Pero no pasa nada. Si algo has aprendido con la edad es a sobrellevar cualquier situación. Aterrizas en la playa con tu kaftán del Hipercor y el tarjet de edad de las féminas con las que te comparas pasa a ser de la franja comprendida entre los 20 y los 30, a la Edad de Oro del Siglo Español: de los 50 a los 75 (como poco).
- ¿Que tus pechos empiezan a caer en picado?
- La abuela de al lado podría pescar cangrejos con los pezones.
- ¿Que las estrías del culo parecen el tramo del Ave Madrid-Sevilla?
- Corres de la toalla al agua y del agua a la toalla simulando que la arena quema muchísimo. Al menos aún puedes correr.
- ¿Que llegan las nietas quinceañeras de la abuela que además de correr lo pueden hacer en bolas porque no se les mueve nada?
- Te haces la digna mientras piensas que con esa edad aún les quedan 3 rupturas amorosas como poco y la hipoteca de una casa que terminarán de pagar sus nietos... muahahaha...
Entonces aparece su padre vestido con un polo bordado con un caballo más grande que Rocinante y unas gafas de sol de espejo que tú tendrías que comprar a plazos y les grita: "¡Niñaaass! Mamá nos espera en el barco"...
Y es en ese momento, cuando sabes que esas "niñas" jamás tendrán que trabajar, se casarán con un Colate de 5 apellidos compuestos y heredarán un imperio de pijismos lleno de smothies de boniato y moreno de playa los 365 días del año.
¡¡¿¿Dónde están mis risketos cuando más lo necesito??!!
No obstante hay que buscar el lado positivo: como mucho mucho, tendrás que lucir tus carnes morenas un par de días o tres. No más. Y es que aquí viene la segunda parte de esa GRAN TRAMPA llamada "las vacaciones de verano".
Recuerdas con nostalgia aquellos primeros agostos de novios en los que tu presupuesto para un mes rondaba los 1.000 € y un bote de crema caducado que habías heredado de casa de tus padres.
Con 33,3 € al día eras capaz de alojarte, comer y desplazarte de un pueblo a otro.
Agotabas la disponibilidad de todas las "pensiones Pelos" de la costa Norte y disfrutabas paseando por cualquier paseo marítimo abarrotado de terrazas con gente engullendo mariscadas mientras tú lamías un cono de 0,50 del Mc Donalds.
Hacía meses que habías encontrado el amor y de todos es bien sabido que el amor, alimenta.
Pero ahora es otro cantar. AHORA ya llevas 6 años de relación adulta, disponéis de nóminas y eso en los tiempos que corren debe ser como poco para pertenecer a la clase media. Tu presupuesto se ha triplicado y sabes que llegó el momento de reservar un "resort".
Atrás quedaron los "bed and breakfast". ¡Hola hoteles de 4 estrellas en primera línea de playa! mientras tecleas en tu PC las palabras mágicas: TRI-VA-GO.
Parece que el botón "ordenar por precio de menor a mayor" no funciona. No hay ni un hotel por menos de 150 €/noche y te descubres comparando cuál incluye al menos el desayuno a sabiendas de que será lo único que ingieras en todo el día porque ni para comer te llega.
Multiplicas 150 €/ noche x 20 noches y sabes que no. NO-WAY-JOSÉ.
Pasemos de hotel entonces. Mejor busquemos un apartamento. A nadie le gusta cocinar y limpiar en verano pero confiaremos en que el año que viene quizás se obre el milagro y además de llegar bombón al periodo estival nos haya tocado el Gordo de la Lotería.
¿¿Pero a quién quieres engañar??
Sabes mejor que yo que el único gordo que te va a tocar será el de la habitación de al lado en la "pensión Pelos" a la que puedes aspirar un
¿Apartamento de 3 llaves una semana? Son 3.000.
¿Apartamento de 2 llaves? Son 3.000.
¿Una llave quizás? Son 3.000 + fianza de 500 por si pierdes esa única llave.
Y lo peor de todo es que la web de reservas se encarga de recordarte una vez más que eres tú el único miserable que aún no tiene dónde caerse muerto con un:
"Este destino es muy popular en las fechas seleccionadas. Más del 96% reservado".
¿A 3.000 por semana? ¿Really?
Y en ese momento yo creo que la persona que vive dentro de los ordenadores y que se encarga de gestionar tus vacaciones de Agosto se descojona mientras te lanza un mensaje en pantalla tipo:
"¿Es usted flexible en fechas? Hemos encontrado una oferta para usted a mediados de Noviembre"...
"De 2016".
¡¡MÁTAME CRISTO!!
Te sientes tan ridícula recordando conversaciones con tus amigos tipo:
- "¿Y este año, dónde os vais de vacaciones?".
- "Aún no lo sabemos" - pausa para hacerte la interesante - "supongo que recorreremos la Costa Azul de Francia. El típico viaje que podemos hacer ahora que aún no tenemos niños..."
¡Zas en toda la boca!
Me parece a mí que al paso que vamos nuestro único entretenimiento agostil va a ser en nuestra propia casa, con el ventilador dentro de la cama, ¡haciendo niños por mí y por todos mis compañeros y por mí el primero!
Pero esto no se queda así.
Como que me llamo Ana Bolena, puedo prometer y prometo que aprovecharé las largas noches de insomnio rastreando la red como si no hubiera un mañana, que ríete tú del perro orejotas de la tele.
NO SIN MIS VACACIONES.
Quizás no sea este año ni el que viene el que pueda disfrutar de un destino paradisíaco con mojito en mano. Pero no-pasa-nada.
Mi compañero de viajes y yo disfrutaremos igual cantando a voz en grito en nuestro Citröen-4-latas el disco rayado de "Mecano, grandes éxitos". Haremos de la pizza la base de nuestra dieta. Dormiremos siestas de esas que parece que "hayas estirao la pata". Jugaremos a soñar que algún día nos compraremos una casa de verano cerca de aquella cala virgen.
Por soñar, que no quede.
Y es que a pesar de todos los sinsabores de esta vida y de no poder lucir un triquini en lo que nos queda de existencia, el AMOR alimenta. Y MUCHO.
Compañeras de sudores tróspidos, prepárense para disfrutar del VERANO. Que aunque no sea un "verano azul", como poco será en ROSA BOLENA.
¡Hasta la próxima!
Ana B.
PD.- Esto no es una despedida hasta Septiembre, o eso espero. Confío en volver a escribir pronto con novedades de la tienda online o alguna que otra historia para no dormir. No obstante estamos casi las 24 horas en nuestras redes sociales así que si nos echas de menos:
Ilustraciones de la gran Clarilou