Y es un fastidio, no lo dudéis, tanto para la compradora (que si, pongamos, se ha quedado sin bufanda porque se le ha enredado en las ruedas del cochecito de su hijo (caso verídico) no va a poder comprarse una nueva porque ya las han retirado de las tiendas y, seamos sinceras, un fular, que será lo que encontrará, es mono pero abrigar como que no) como para los propietarios de las tiendas (que ven como sus falditas de gasa, sus pantalones pirata de lino, sus camisetas de manga corta, sus vestidos vaporosos y sus sandalias minimalistas se quedan colgados en las perchas sí o sí un día tras otro porque da frío de sólo verlos y ni el tato entra a comprarlos, lo sé de buena tinta porque conozco a propietarios de tiendas de ropa y es la queja más habitual).
Pero lo cierto es que en unos días empezaremos a ver escaparates llenos de color (cosa que también se agradece, tanto negro/gris amodorra a la que más), de estampados y de prendas ligeras. Y entre todo lo que veremos destacará un estampado por excelencia: el cuadro vichy.
Su aire du-du-a de los 50 me encandila (debo ser la reencarnación de Sandra Dee) y le da a los looks un toque informal y rebelde. Podemos encontrarlo en distintos colores y tamaños de cuadros.
Os pongo a continuación algunos ejemplos de cómo llevarlo para que podáis adaptarlo a vuestros looks diarios.
Lo podemos llevar en vestidos, combinado con sandalias abotinadas y bolso de correa en un color llamativo y en blusas sin manga con shorts de cintura alta y sandalias y bolso nude.
Otras opciones es combinar una falda de cuadro vichy roja con una camiseta básica blanca, manoletinas con correa al tobillo y bolso blanco o escoger un vestido en cuadros amarillo y combinarlo con salones y bolso negro, un look más clásico pero muy efectivo.
¿Y a vosotras? ¿tenéis ya la mente puesta en la nueva colección? ¿que os parece este estampado? ¿os atrevéis con él? Dejadme vuestros comentarios y compartid con los iconos que tenéis debajo.