Hoy os traigo la ultima de las tres entradas de nuestro último viaje. Seguimos nuestro paseo por Roma. ¿Os apuntáis?
El Domingo, nuestro tercer día en Roma, también nos levantamos pronto. Ya teníamos las entradas para el Coliseo y el Foro Romano. Al igual que os comentaba con el Museo del Vaticano, en el post de ayer, os aconsejo que compréis las entradas por internet, para evitar colas.
Bajamos caminando por el paseo del río Tevere, para poder ver la Isla Tiberina. En nuestro paseo nos encontramos con la Maratón de Roma.
Si cómo nosotros, ya tenéis vuestras entradas compradas. Tendréis que acercaros hasta las taquillas del Foro y el Palatino, donde os darán las entradas oficiales. Estas entradas sirven tanto para el Foro y el Monte Palatino cómo para el Coliseo.
Nosotros empezamos por el Foro y el Palatino. Pero mi consejo es que empecéis por el Coliseo. Ya que, a la entrada de este monumento, por las medidas de seguridad que hay que pasar antes de entrar se crean bastantes colas, aunque vayas con entrada. Claro que, si ya tienes tu entrada, te evitas la cola de las taquillas.
Bueno como os decía, nuestra primera visita del día fue al Foro, y al Monte palatino. Simplemente precioso, impresiona imaginar como seria aquello en su época de máximo esplendor. Y que decir de los jardines y las fuentes del Monte palatino. Ir sin prisa, y disfrutar de la visita. Os encantará.
Al acabar esta visita nos fuimos directos al Coliseo, que esta justo al lado. Y como ya os he comentado, tuvimos que hacer un poquito de cola, aunque la verdad fue, más rápido de lo esperado. No os asustéis, en lo que dure vuestro recorrido hasta el Coliseo y mientras estéis en cola, tendréis satélites a vuestros alrededor, continuamente, intentando venderos de todo, agua, palos de selfie, visitas guiadas… Solo os puedo decir una cosa, paciencia.
Una vez dentro prepararos para subir escaleras y para alucinar con lo que eran capaces de crear estos locos romanos . Se ponen los pelos de punta, de imaginar cómo debería ser el Coliseo en plena actividad, repleto de gente viendo luchar a los gladiadores.
Hora de comer, decidimos ir dando un paseo hacia la Zona de la Fontana de Trevi, para comer en alguno de los restaurantes sin gluten que habíamos visto el día anterior. Nos equivocamos de camino, pero no nos fue mal, porque así pudimos ver la plaza de la República, la Iglesia de Santa Maria Maggiore y la fuente de Tritón. Lo bueno que tiene Roma, es que vayas por donde vayas te encontrarás, con un monumento, una fuente o una plaza, que no te dejará indiferente. Cómo me escribían ayer en un comentario, Roma es un Museo al aire libre.
Después de comer y tomar fuerzas, nos dirigimos por la vía del Corso, hasta la plaza de España, en nuestro recorrido pudimos ver también otros puntos de interés turístico, como la plaza de Montecitorio.
Una vez lleguéis a la plaza de España, si buscáis tiendas de grandes marcas, no necesitaréis andar mucho más, porque están todas concentradas en las calles de alrededor. Los escaparates muy bonitos, pero no nos acercamos mucho por si nos cobraban solo por mirar ;p
El resto de la tarde la dedicamos a tomar un helado cerca del Vaticano y a pasear por las calles del centro de la ciudad. A disfrutar de las horas que nos quedaban en Roma.
El lunes, se nos acabó lo bueno y nos tocó regresar. Me gustaría hacer un pequeño inciso que se me olvidó comentar en el post de Roma sin gluten. Tanto en el aeropuerto de Barcelona como en el de Roma, no tendréis ningún problema a la hora de comer sin gluten.
Y ahora si hasta aquí esta mini guía de Roma. Espero que os hayan gustado y que os sirva de ayuda si estáis pensado en viajar a Roma. Y un ultimo consejo, andar, andar y andar, es la mejor forma de disfrutar de cada rincón de esta ciudad.
Un abrazo y feliz fin de semana.