Un espacio tradicionalmente universitario con una luz absolutamente mágica, lleno de plazas y callejones adoquinados, bicicletas, canales y tranvías...
Hasta allí, llegamos en nuestro propio coche desde España, para visitar la "Selva Negra" y sus alrededores...
En esta ciudad, he descubierto, además de una cerveza de un color dorado intenso que quita el sentido, un buen puñado de tiendas de decoración que me han dejado loquita perdida.
Además, no hay que dejar pasar la oportunidad de recorrer con detenimiento el mercadillo callejero que cada mañana se monta en la plaza de la catedral donde se exponen y venden productos típicos de la zona y una cantidad ingente de flores... Que ya me imaginaba yo dando una vuelta por él con mi bicicleta y mi capazo lleno de frambuesas, moras, arándanos y girasoles... ¡Toda una delicia para la vista y el paladar!
Fotografías: Cosas de Palmichula