Cuando oí hablar por primera vez de Birdman y vi una foto del homónimo superhéroe, ilusamente pensé que se trataba de otra adaptación de una novela gráfica. Sin embargo, cuando me enteré de que Alejandro González Iñárritu (Babel, 21 Gramos) se estaba sentando en la silla del director, algo me sonó extremadamente raro.
Tampoco es que le diese muchas vueltas (porque no suelo seguir las producciones o rodajes de películas basadas en cómics [a no ser que se trate de ESTA]) pero, al ver que su primer trailer había salido a la luz, no he podido contenerme y, como cabía esperar, lo he visto. Y ahora entiendo muchas cosas. Y he dejado de entender otras.
Para empezar, ya me queda claro por qué el traje del supuesto "Birdman" era tan feo: estábamos ante un personaje de ficción dentro de la propia ficción. Sin embargo, y aunque pudiese entender un poquito mejor el porqué de Iñárritu a apuntarse a esta festividad del humor negro, seguí sin comprender el supuesto cambio de registro por el que el mexicano ha optado. Recordemos que, hace no muchos años, terminó su "Trilogía de la Muerte" y estrenó Biutiful... ¿y ahora opta por...esto?
Ver el nombre de Iñárritu en los créditos de esta comedia (por muy negra que sea, no deja de ser comedia), me parece extraño. Sin embargo, como confío plenamente en él, no dudaré en acudir al cine a ver un filme que, además, tiene un reparto bastante prometedor. ¿No?
Jerry.