Durante el rodaje, DiCaprio tuvo que ponerse en el lugar de Glass, recreando escenas de extrema supervivencia. En el deplorable estado de salud en el que fue abandonado Glass, recorrió entre 128 y 320 kilómetros entre ríos, bosques y nieve para volver con los suyos. El actor nominado al Óscar, entró en la piel del personaje dejando salir sus instintos más primitivos y asumiendo el rol de alguien que constantemente toca la muerte con la punta de los dedos.
Uno de los aspectos que más implicó retos para el rodaje fue el maquillaje. Las heridas producidas por el ataque de la osa tardaron más de 5 horas en ser elaboradas sobre el cuerpo de DiCaprio. Aquí se ve a un miembro del equipo de maquillaje preparando el cuerpo malherido de Glass para una de las escenas más impactantes de toda la cinta.
Sobre Glass se ha especulado mucho, pero las pocas certezas que se tienen sobre su vida bastan para hacer de él una leyenda; uno de los sobrevivientes más emblemáticos de la historia y un hombre que prueba que la tenacidad vence barreras inimaginables.