Un océano que es la vida. La vida que te ha sido entregada, la vida que te toca vivir, la vida que debes aceptar y cuidar. Pero no temas, las mareas bajan, las tormentas sólo están de paso. Y aunque te creas sólo en ese océano de sentimientos, si te sumerges un poco en tu interior podrás ver que no es así. Que a tu lado lucha mucha gente, que bracean contigo, que tiran de tu mano hacía la superficie, que te prestan el aire que les quede por darte un minuto más de paz.
Así que vamos, hunde los pies en la arena, agárrame. Siente la sal en el cuerpo, la brisa marina. Da igual si vienen olas, da igual si de de repente una ola nos tira y no sabemos donde esta el cielo o donde está el suelo. Porque al final, todo saldrá bien...