TARIFA,MARIO Yotros cantes (1)

AUTORA: BLANCA NAVASA

 



Mi sobrino Mario vive ahora en Tarifa.
 Amante como es él de la libertad y la naturaleza, ha encontrado por fin el trabajo a su gusto en el paraíso soñado y con un jefe  “enrollao” que no le habla de hacer ” módulos” ( curso en mi época) sobre ” asertividad” o “gestión de emociones ” o métodos para ” reconducir situaciones de tensión y/o desagrado, palabros que últimamente se han puesto de moda en las empresas y que se empeñan en meter en los cerebros de sus empleados.

 Mario se ha alquilado una casita chica en medio del campo sin más vecinos que algún autóctono de la zona que se dedican a la huerta propia, a llevar un pequeño colmado al lado de su casa y al que acuden solo los valientes escaladores que pululan por la zona para trepar las difíciles rocas que amparan la casita de Mario, o a mirar el tendido.

 Son gente buena sus vecinos y Doña Paquita con casi 80 años le suministra a mi sobrino productos de la huerta, pisto y flan casero. 
Y es que Mario es un enrollao también. Se mueve y se hace con todo tipo de gente excepto con los especialistas en ” gestión de módulos”

 Puesto que Mario trabajaba, un amigo suyo,” el Richar” de corte tipo Torrente , fue quien vino a buscarme al aeropuerto de Jerez para luego pasar a buscar a Omar  hijo de Pakistaní y Mexicana con el pelo muy largo al que yo confundí con un gitano , tan abundantes en la zona.

 Con dichos personajes recorrí los 120 km que me separaban de mi tan ansiado sobrino. Gente maja, amable y para mi sorpresa muy educada. Se encontraban en Jeréz, cuna de la guitarra española , para estudiar dicho instrumento con los grandes maestros. Apasionados de la música y del flamenco me contaron de sus trabajos e ilusiones. Me sentía muy a gusto.

 Mis nuevos amiguetes se dirigían a los Caños de Meca a escuchar un conciertillo en un  chiringuito de la playa y puesto que mi sobrino tardaría todavía un rato en salir del trabajo, me invitaron con ellos a ver a “El Torta”.

Yo en mi ignorancia flamenquil no sabía que el Torta es uno de los grandes cantaores de la zona y allí que me fuí con ellos que no paraban de ofrecerme canutillos  de hachís entre curva y curva que yo muy educadamente rechacé.

 En el chiringuito nos encontramos con Darío, gran amigo de Mario y que me llama tía Blanca, procedente de una gran familia catalana criadores de caballos de polo y que hace 3 años se bajó a vivir a Jeréz para también él dedicarse a la guitarra española y que vive gracias a ” las terrazas” que hace y a los conciertiillos callejeros que dan.
 Como todos estaban caninos, le tocó a tía Blanca, que así llegaron a llamarme todos, pagar las cervezas y los pinchos alimenticios y puesto que estábamos allí para oir a El  Torta, la broma me costó la torta de una pan.( por eso nunca hay que liarse con jovencitos, no tienen ni para pipas por muy enrollados que sean)

 Otro de los personajes que me presentaron fue un Uruguayo con rastas y una gran cara de colgao y sucio que como había vivido tiempo atrás en Barcelona en una zona de okupas, Darío le preguntó si él estaba “okupando allí” , a lo que el uruguayo respondió ” este, no, syo vivo en casa de mi novia ” – Pues eso – dije yo – “okupando en casa de la novia” . Creo que el uruguayo no comprendió mi ironía.

 El concierto estuvo muy bien con gente muy flamenca, muy gitana, muy del sur, con gente maja y enrollada pero no pude quedarme después pues traía la maleta llena de solomillos y carne variada ( yo estaba recién llegada de Argentina y no había parado ni a dormir) para mi sobrino que por necesidad se está pasando involuntariamente al vegetarianismo y eso no lo puedo yo consentir, y no era plan de que por culpa de el Torta , se me descongelara la carne y hubiera que tirarla pues también me había costado ” la torta de un pan”.



 Como Mario vive en pleno campo, por la noche , desde su jardincito se puede ver un cielo espectacular sin una sola luz que te distraiga de las estrellas y escuchando los sonidos que la naturaleza proporciona. No todos los sonidos  provocan paz interior y mucho menos invitan a la meditación ,pues a la hora de dormir, el puto perrito de los vecinos que campa a sus anchas por la zona no para de ladrar, sin motivo alguno , hasta las 2 de la madrugada. Mi instinto asesino floreció pero la calma de mi sobrino me contuvo.

 A las 2 de la mañana como por arte de magia, el jodio perro se calla. Y así todas las noches.
Por fin la paz, el sueño, el descanso. Mañana dormiré hasta romper la cama



 Y una mierda. A las 6 empiezan a cantar los gallos y a las 7 u 8 , los borricos, tan salvajes ellos y amparados en que son una especie protegida, se ponen en la puerta de la casa a rebuznar , intensamente y sin pudor.
Por todas partes se respira naturaleza pero hay que ver lo jodida que es la naturaleza y los animales cuando no te dejan dormir.
 
 Al día siguiente, zafarrancho de combate. Limpiar la casa, fregar el suelo, poner lavadoras con todas las sábanas y toallas que apestaban a humedad, cocinar, llenar la nevera y despensa para los tiempos de hambruna por venir….. Menos mal que al día siguiente llegó mi hermana Belén, madre del retoño, a organizar ayudar y ordenar.

 La zona de Tarifa es mucho más verde de lo que yo recordaba, con muchas zonas de pinos y puesto que es zona protegida, no existen apenas construcciones cerca de la playa y mucho menos edificios altos. Todo un paraíso los km de playa por disfrutar, Bolonia, Valdevaqueros, Punta Paloma, Los lances y un montón más que no recuerdo sus nombres hasta Zahara, Barbate, Caños….



 Mario nos ha llevado a sitios sagrados como es la playa del chiringuito Los Mirlos o las vistas desde el restaurante El Tesoro, los sitios de copas de corte budista ,y  Véjer de la Frontera, patrimonio de la humanidad .



 Como mis hijos están pasando este mes con su padre en Tarifa, ellos, Mario y yo nos fuimos una noche a Jerez a escuchar un concierto de Paco de Lucía con Duquende ( famosísimo cantaor de flamenco que yo , en mi ignorancia, no había oido nunca mencionar) en la plaza de toros. Paco de Lucía  es de Algeciras y era la primera vez en su vida que tocaba en Jerez, cuna del guitarreo flamenco. La plaza estaba llena de guitarristas famosos en el mundillo , maestros y entendidos y nosotros rodeados de nuevo por el Richar, el Omar, el Darío….bastante más entendidos y profesionales de lo que yo imaginaba. 
El concierto estuvo sensacional, grandioso, la plaza reventaba de fervor, olés y apalusos. Único y magistral y durante gran parte del concierto tuve los pelos de punta. Y eso sin entender de guitarra ni de flamenco. Además de Paco de Lucía y Duquende, el bajista, los que daban palmas y el taconeo del bailarín…..pensé que la plaza se vendría abajo. Mis hijos que son más flamencos de lo que yo pensaba, disfrutaron de lo lindo.



 Han sido unos días estupendos disfrutando de mi sobrino al que hay que visitar de vez en cuando para llenarle la nevera, limpiarle la casa, ponerle lavadoras y reirte con él hasta no poder más, mi hermana, mis hijos y de los alrededores todavía tan salvajes. No se lo digais a nadie para que no vaya la gente.A Tarifa hay que ir sin hacer ruido

Juan Moneo «El Torta» fue un cantante flamenco gitano. Fue hermano de Manuel Moneo y tío de “El Barullo” y Macarena Moneo. Wikipedia

Fecha de la muerte: 31 de diciembre de 2013, Sanlúcar de Barrameda

Álbumes: Luna MoraMomentosColores Morenos

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