Cuando te preguntan si estás en pareja hay varias respuestas posibles para dar.
Entre las viables, están las de estilo verdadero, verosímil o mentirosas.
Un tipo de respuesta verdadera es la que dice: "No estoy en pareja, por el momento no conocí a alguien que me interese como para empezar una relación".
Otra, pero de estilo verosímil sería: "Estoy soltera, pero no sola" (si se aclara algo innecesario, significa que se esconde lo aclarado como verdad absoluta).
Y una mentirosa puede ser: "Sí, estoy pasando por mi mejor momento con mi gordi, después que nos distanciamos nos dimos cuenta que no podemos vivir el uno sin el otro, y mucho menos con terceros en cuestión" (cuando, en realidad, el novio, luego de engañarla, no se anima a dejarla y lo único que hace es empeorar la situación por evadir momentos que prefiere sortear).
Esto, ineludiblemente, me llevó a preguntarme: ¿Cuándo se hacen evidentes los indicios de que una relación está comenzando a finalizar?
¿Te lo preguntaste alguna vez? Es probable.
Cuando uno está en pareja ¿Significa que también está enamorado? ¿O que el acompañante cumple la función de aliviar el camino individual?
Estar en una relación seria implica obligaciones y derechos de ambas partes que se deberían respetar.
¿Qué feo que suena, verdad? Obligaciones y derechos… como si fuese un contrato de trabajo.
Pero en parte, algo de eso hay, porque se espera, siempre, retribuciones a cambio.
Si uno de los dos está mal, el otro lo debe animar.
Si alguna vez se hacen presentes los celos, se procura atenuarlos.
Cuando uno miente, el otro lo perdona.
Cuando el otro se enoja, el uno lo disculpa.
Las distancias que únicamente existen son las más cortas, porque en realidad están unidos de pensamiento y amor.
Pero… ¿qué pasa cuándo lo que "naturalmente" debe ocurrir no existe?
¿Si él tendría que tener ganas de besarte pero no lo hace?
¿Si él tendría que querer verte más a menudo pero no lo propone?
¿Si él tendría que desearte llevarte a la cama pero no lo quiere?
¿Si vos deberías extrañarlo pero no te sale?
¿Si vos deberías pensar en él pero no lo hacés?
¿Si vos deberías necesitarlo pero no te pasa?
Esa relación entonces ¿es verdadera? ¿O sólo es un espejo del vacío individual que no podés soportar?
Te invito a que pienses, por un instante, cuándo fue la última vez que pensaste en volver a elegir a tu pareja como tal.
O cuándo notaste que corrías desesperada a un destino que ni vos deseas.
Porque todos los días son un nuevo comienzo, y una nueva partida, por el camino que vos elijas, hacia el destino que decidas.
Cuestiónate.
Critícate.
Entra en crisis si hace falta, pero no continúes yendo por el mismo rumbo, simplemente porque ya está marcado.