Pero la balanza de la vida es lo que tiene… es un juego en el que a veces se gana y otras veces se pierde.
Y que conste que a veces el perder , puede resultar un paso fundamental para empezar a ganar .
Supongo que el problema principal parte de aquellas personas que sufren la enfermedad del ser supremo. Gente que no se conforma con el hecho de que, el resto de la raza humana disponga de voz propia . Hablo de los que creen que pueden controlar “el mundo” a base de chantajes emocionales. Y cuando eso no funciona, se intenta a golpe de cheque.
Aunque como en todo, también existen personajillos que funcionan muy bien con esa técnica. Aún sin ser productivos. Lo que lo convierte en un modo de prostitución encubierta.
¿Vale la pena perder la poca dignidad que queda y pasar por el aro ardiendo a cambio de un talón poco jugoso? ¿en serio vale la pena llenarse el bolsillo a cambio de meter la cabeza entre las piernas y dejar que se nos atice hasta acabar con la pastilla bajo la lengua?
El problema es cuándo se convierte en un hábito y precisas de una farmacia de estupefacientes en el cajón de tu mesa para mitigar la realidad…éstos son casos perdidos. Una decepcionante manera de vivir.
Las gratificaciones como recompensa por el esfuerzo realizado, por reconocimiento,por respeto profesional, por incentivo…en ese caso, es comprensible y justo, pero en su justo momento y no usarlo a modo de compra-venta temporal.
Quizás si todos fuéramos igual de materialistas y pensáramos con el bolsillo, la respuesta sería que incluso las trampas , son válidas en cualquier juego…
¿Quién no necesita dinero?
Todos, sobre todos aquellos bolsillos rotos que viven en la más extrema de las codicias y nunca el todo, es suficiente…. optan por “venderse” por un mísero importe y siempre bajo el mando del castigador… realmente el problema no es de ellos sino, de quién extiende la firma . Pero ésto, no es más que un doble juego, porque de ahí parte “la obligación” a estar siempre eternamente agradecidos, generando un vínculo de necesidades ficticias convirtiéndonos en un saco lleno de arena que cuelga inerte del techo. Siempre a la espera de la furia de esos guantes que nos acariciarán con fuerza y rabia en cualquier momento. Aún tengo que dar gracias por no ser así y tener que andar con rodilleras nuevas cada mes para evitar que me sangren las rodillas. La dignidad no se compra.
“Llamarme ilusa cuando los hechos lo demuestren . Creo en la buena fé de las personas” Eso dije…Y de verdad, tenía esperanza de que algún día , la venda que cubrían esos ojos miopes , cayera. Y de hecho, la venda cayó en cierto modo…pero la ceguera persiste. Si, fui una ILUSA, en mayúsculas, pero resulta que éste juego sucio lo mantiene quién se inclina con la mano extendida palma arriba, esperando el trozo de papel que engorde un poquito nuestra cuenta bancaria a cambio de bailar el son del pandemonium (véase su definición más abajo)
El daño gratuito, la denigración, la falta de respeto,el chantaje, las amenazas…cualquier baza puede servir para creerse más poderoso. He podido comprobar que incluso teniendo un póker , te ofrecerán algo para que acabes tirando las cartas y así gane la banca.
Pero con lo que no contaban es con el hecho de que podemos levantarnos de la mesa y jugar en otro casino.
Pandemonium: Reunión de demonios. “En las antiguas versiones del mito, la lucha se lleva a cabo entre el pueblo elegido y los restantes, pero dentro del pandemónium de estos hay uno que se convierte en enemigo arquetípico” (Wikipedia)
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