La entrada al castillo cuesta seis euros y se tarda algo más de una hora en recorrerlo, ya que tiene varias salas didácticas y luego hay que ver el exterior, que para mí fue lo más impresionante. Tened en cuenta que los lunes cierran, por lo que no vayáis ese día.
El castillo propiamente dicho comenzó a construirse en el siglo XIV y pasaron por manos de varios señores de la Orden del Temple hasta que en 1507 tomaron posesión de la fortaleza los Reyes Católicos, no obstante, siguieron añadiéndose partes hasta el siglo XX. Dentro de una de las torres hay una especie de centro de interpretación, donde explican la construcción del castillo, así como el resto de las fortalezas que hay en Castilla-León.
En otra parte de la fortaleza también se puede admirar la exposición Templum Libri, que muestra algunos de los libros más bellos de la Historia. En ello se pueden ver mapas de la Edad Media, biblias, así como un sinfín de libros que merece la pena ojear.
No obstante, no es lo único que se puede ver en Ponferrada, también hay tres museos, aunque no pude visitar ninguno, ya que la visita al castillo nos llevo mucho tiempo y la pequeñaja no aguantaba más. Me quedé con las ganas de visitar el Museo del Ferrocarril, que se encuentra en la antigua estación. No obstante, para los amantes de la radio pueden acercarse hasta el Museo de la Radio Luis del Olmo, aunque según me han contado está demasiado dedicado a la figura del periodista y por eso desestimé la visita. Y para terminar también pueden ver el Museo del Bierzo, que se encuentra en el antiguo Palacio Consistorial y Real Cárcel, que permite recorrer la historia de la comarca desde la Prehistoria hasta el siglo XIX.