Por esta razón resulta interesante cuando los expertos en el tema no dan resultados concluyentes de manera rápida. Incluso en los casos de cadáveres parcialmente descompuestos suele ser relativamente fácil identificar la criatura. Recientemente en Rusia, en la ciudad de Sosnovy Bor, aparecieron los restos de lo que parece un pequeño animal… completamente imposible de identificar.
La aparición de “Kesha”
Una mujer llamada Támara fue quien presentó los restos a los reporteros. Dijo que los encontró en el río Kovashi – cercano a la población – el cual fluye al Golfo de Finlandia. Támara, por razones incomprensibles para cualquiera, decidió que la criatura no era digna de repulsión y la bautizó como “Kesha”, nombre con el que vino a darse a conocer en los medios de Rusia.
De acuerdo con los expertos, el cráneo no parece coincidir con el de ningún animal conocido, y el cuerpo carece de cuello y miembros (sean estos alas, piernas, brazos o aletas). A simple vista parecería algo así como un feto, solo que demasiado grande para ser uno.
Por su parte, los habitantes de la región ya están empezando a sospechar de la incapacidad de las autoridades para determinar la naturaleza de la criatura. Ni siquiera un experto del Instituto de Biofísica en Krasnoyarsk fue capaz de averiguarlo, y el cuerpo se envió a Moscú para realizar análisis cuyos verdaderos resultados, esperan muchos, jamás serán revelados.
Entre tanto la mayor parte de los escépticos culpan a la Planta de Energía Nuclear de Leningrado, la principal razón para la construcción de Sosnovy Bor como un hogar para los trabajadores. La planta tiene un historial de accidentes y malos manejos y muchos sospechan que algún error no publicado podría ser la causa de un engendro nunca antes visto.
Otros consideran que el cuerpo es el de un pequeño alienígena y justifican su teoría en la cabeza (relativamente) gigante de la criatura. Sin embargo, ¿qué podía hacer un alienígena rondando la vecindad de la Planta Nuclear de Leningrado?