Uno de estos ejemplos es de Ben-Hur, en la escena de las carreras. El propio Charlton Heston aclaró y especificó que nadie resultó dañado durante la grabación, ni siquiera un doble, como muchas veces se dijo.
En ese sentido, tampoco la muerte de Brandon Lee llegó a quedar registrada por las cámaras. Y para seguir sumando información en este aspecto, tampoco la modelo bañada en oro de Goldfinger murió asfixiada. Estamos seguros que habías escuchado o leído algunas de estas afirmaciones y te las tomaste por ciertas, ¿no es así?
Ni tampoco Clint Eastwood dijo “alégrame el día” en la película Harry el sucio, sino que pronunció estas palabras en Impacto súbito.
Así como tampoco, por más que se haya insistido mucho con esta frase, jamás en Casablanca se escuchó decir “tócala otra vez, Sam”. Frases y más frases, dichos que jamás fueron pronunciados por sus protagonistas, pero que, sin embargo, han pasado a la cultura popular como ciertos y los hemos naturalizado.
Una verdad absoluta es lo difícil que resulta adentrarse en un ambiente tan competitivo como lo es el cine. Y en este sentido, también resulta muy complejo para los directores de las películas. Aunque, claro está, hay directores que resultan ser verdaderos genios y han podido crear mundos propios que cuadran de manera ideal con sus películas, tal podría ser el caso de Tim Burton. Y también, no olvidemos en este sentido a Quentin Tarantino.
Lo que debes saber es que la primera película de Tarantino fue My Best Friends Birthday, y no Reservoir Dogs, como todos pensábamos.
Ahora si de fantasmas hablamos, podemos asegurarte que tales no existen, o al menos no los hay en la película Tres solteros y un biberón. Lo que trascendió –y todos creímos que era una aparición fantasmal- fue una figura de cartón de Ted Danson que se coló en el montaje final. Disculpa si te hemos decepcionado, pero al menos les hemos llevado un poco de tranquilidad a aquellos que son fáciles de impresionar.
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