Burt sólo tiene ocho años, pero su pequeño corazón ya ha conocido grandes sentimientos. Demasiado grandes. Demasiado fuertes. Ahora vive recluido en un Centro de Internamiento Infantil por lo que le hizo a Jessica. Solo, contra la estupidez de los adultos que convierten sus sueños en síntomas clínicos y su amor en un delito. Solo, en una fortaleza de silencio. ¿Quién lo sacará de allí
Reseña:
Burt relata sus recuerdos antes de aquello tan terrible que le ha llevado al centro de internamiento infantil. ¿qué le hizo a su amiga Jessica? Por qué lo tratan como si fuera un delincuente, o estuviera loco? Poco a poco el lector irá desenmarañando el hilo que conduce hasta el final del ovillo, algo que en mi caso me dejó bastante fría. Tal vez te preparan para algo tan gordo que inevitablemente piensas... Pues no era para tanto. De verdad los padres no luchan por sacar a su hijo de allí? Una lástima, porque el libro me estaba gustando mucho hasta éste punto.
Estamos hablando de una novela escrita por un adulto que simula ser un niño, y es totalmente convicente en su manera de narrar las cosas. En ocasiones me recordó a El pequeño Nicolás cuando contaba sus travesuras en el colegio.
Esta novela se publicó originalmente en el año 1981, pero fue reeditada por Blackie Books en una cuidada edición (tal y como acostumbra la editorial). Son unas doscientas páginas, y realmente se lee en un par de tardes, porque además el libro engancha con ganas.
En definitiva, una buena historia, que en su inicio parece muy oscura (el título también puede echar para atrás) pero no deja de ser el relato de un niño asustado y solo que no comprende por qué está en una situación así.