L.Frank Baum
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La verdadera esencia del ser humano está en su interior y todo aquéllo que desea no se encuentra en las cosas sino en su mismo ser, solo necesita ser consciente de ello y creer en sí mismo.
Las personas que han leído esta maravilla saben de lo que estoy hablando, pues puedes necesitar valor, emociones o sabiduría cuando en realidad ya eres valiente, bondadoso y muy inteligente, solo necesitas confiar en ti mismo y quererte para darte cuenta de que todo lo que quieras alcanzar, lo harás con esfuerzo y ningún mago de Oz puede concederte lo que ya era tuyo.
Todos hemos sido Dorotea en algún momento queriendo volver a casa, o quizás un león cobarde, un hombre de hojalata sin corazón o incluso un espantapájaros estúpido cuando en realidad solo éramos personas leyendo historias tan bonitas como este clásico infantil que nos recuerda lo maravilloso que es soñar y lo más majestuoso aún que es vivir en un mundo plagado de libros, cuentos, novelas e historias ilustradas como ésta. Gracias a la Editorial Vicens Vives por hacer posible de nuevo que me uniera a una loca aventura con unos personajes que quizás por el camino hayan encontrado el tornillo que nunca encuentro.
Si aún no has leído esta tierna historia de monos voladores, hadas y brujas, no temas, la Ciudad Esmeralda sigue esperándote para cuando te sientas preparado, solo has de seguir el camino de baldosas amarillas, pero cuidado, aunque consigas sortear todos los peligros, no saldrás de ella sin antes haber aprendido algo nuevo pues como bien sabes, mi querido lector, si sales indemne de una historia, es que, quizás no la hayas vivido.
Vive,
sueña,
lee.