Más que la maraña geográfica, lo que contribuye al desconcierto euroasiático es que viven bajo una aparente democracia que en realidad tiende más a un régimen islamista coarcitivo que a una democracia europea. Pero al margen de los vericuetos políticos, lo que se palpa en sus ciudades es el afán por avanzar en forma y fondo hacia la modernidad que ven en la Europa a la que pertenecen. Viajemos a Azerbaiyán para conocerla mejor.
Bakú y el camino hacia la modernidad
El reciente descubrimiento de pozos petrolíferos explotables en el subsuelo azarí ha desembocado en una nueva estrategia de crecimiento brutal al estilo de los países árabes. La riqueza que el oro negro está deparando y deparará a Azerbaiyán está reorganizando el modelo económico de un país que hace dos décadas acababa de escapar del bloque comunista de la URSS. Ahora el futuro se vislumbra entre los grandes rascacielos y resorts que cambiarán por completo la capital Bakú.
La ansiada imagen de modernidad y desarrollo se plasmará con la ya comenzada construcción de la Torre de Azerbaiyán, que una vez acabada tendrá 1.050 metros de altura y será el edificio más grande del mundo. No solo por este y muchos otros rascacielos se compara al futuro Azerbaiyán con Dubái, sino también por el proyecto de 41 islas artificiales a orillas del mar Caspio y que no han tardado en bautizar como la Nueva Venecia.
Se espera que en alrededor de diez años la imagen de Azerbaiyán, pero sobre todo de Bakú, haya cambiado tanto a la sombra de estas mega construcciones que sea irreconocible. Hoteles de lujo, rascacielos y hasta un circuito de Fórmula Uno serán los principales reclamos para las fortunas de todo el planeta.
Volcanes de lodo
Un paraje muy disitnto y de lo más peculiar es el que encontramos al desplazarnos a la Reserva estatal de Gobustán (a 60 kilómetros al suroeste de la capital), en las proximidades del Mar Caspio. No superó la terna inicial de 28 entornos natruales entre los que se eligieron las Siete Maravillas Naturales del Mundo, pero sigue atrayendo igualmente a los turistas y es uno de los mejores atractivos que ofrece Azerbaiyán al viajero.
Caminar entre los cráteres de lodo, con un mar de tierra entre el horizonte y el objetivo de nuestra cámara de fotos, es como pasear por la superficie de la Luna. Los volcanes de lodo son el resultado de emanaciones de gas en un suelo inerte que forman volcanes en miniatura de los que brota arcilla hidratada del mismo modo que lo hace la lava en los verdaderos volcanes. Al contrario que su tamaño, la potencia con la que se forman puede ser soberbia. Ha habido casos en los que se han expulsado llamas a varios metros de altura.
Junto a las pompas y burbujas de la arcilla caliente, descansan restos arqueológicos que incluyen más de medio millón de pinturas rupestres que cuentan la vida de los que allí moraban. Las costumbres de los hombres del Cáucaso (hombres de caza, animales salvajes, danzas y rituales o hombres viajando en botes), una de las cunas de las civilizaciones modernas, datan de hace casi 20.000 años de antigüedad.
Eurovisión 2012
Uno de los mejores escaparates que ha tenido Azerbaiyán desde hace un año para promocionar la nueva cara que quiere proyectar ha sido la acogida del festival de Eurovisión 2012. La participación en el certamen de prácticamente todos los países europeos hace que durante una semana del año todas las cámaras apunten al país que lo organiza y que todos los telespectadores se interesen por él.
Tras ganar la edición de 2011 en Alemania con la canción 'Running Scared' del dúo Ell & Nikki, Azerbaiyán se ganó además el derecho de organizar este año el concurso en su capital. Para ello han contado con el recién construido 'Baku Crystal Hall', otra muestra de lo que quieren ser Bakú y Azerbaiyán en el futuro. En el certamen de este año no pudieron repetir triunfo, pero lograron un buen cuarto puesto tras Serbia, Rusia, y la ganadora Suecia con el tema 'Euphoria' de la cantante Loreen.
La exposición a los ojos de todo el continente también hace que afloren las manchas que emborronan la imagen que el país quiere dar de cara al exterior. Grupos reivindicativos de derechos humanos han aprovechado la asistencia de medios de comunicación extranjeros para denunciar la falta de derechos humanos que sufren, como la censura (no pueden acceder a la información de las televisiones y radios de otros países), la extrema desigualdad entre los que se enriquecen del petróleo y el resto de ciudadanos, o la represión de quien reclama una democracia mejor.
Imágenes: Seferçik, teuchterlad, indigoprime, Seferçik, Bruno Girin, teuchterlad (flickr)
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