La visión de un mundo surrealista.
Adentrarse en la obra de la pintora española Remedios Varo, es emprender el viaje hacia un mundo fantástico de espacios intangibles, en compañía de seres místicos que invitan a desenmarañar las más diversas facetas de la psique humana.
Variados personajes de aspecto humanoide, facciones alargadas y un aire sombrío, que dejan entrever parte de su intimidad, mientras se dedican a actividades cotidianas, son característicos en las obras de esta representante de la pintura surrealista.
Biografía Remedios Varo.
María de los Remedios Varo y Uranga nació el 16 de Diciembre de 1908 en Gerona, España y murió el 8 de octubre de 1963 en la ciudad de México. Su padre Rodrigo Varo y Zejalbo era ingeniero hidráulico, mientras que su madre Ignacia Uranga y Bergareche, se dedicaba al hogar.
Gracias a la profesión de su padre, Remedios Varo viajó con la familia por toda España, llegando incluso hasta Marruecos.
Desde la infancia Remedios Varo mostró gran interés por la pintura y en 1924, a la edad de 15 años, ingresó a la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. Una vez concluidos sus estudios, contrajo nupcias con su compañero Gerardo Lizárraga, de quién se separaría en 1935.
Junto con pintores como Salvador Dalí, André Bretón y un grupo de intelectuales de su época, formó parte del movimiento surrealista, que surgió tras la publicación del primer manifiesto surrealista (André Bretón, 1924).
A lo largo de su vida residió en distintos países como su natal España, Francia, México y Venezuela, en parte motivada por un espíritu aventurero y por otro lado queriendo dejar atrás los horrores de la Guerra civil española, y de la ocupación Nazi en Francia.
Durante la Guerra civil española conoció al poeta Benjamín Péret, con quien entabló una relación amorosa; en 1941 ambos emigraron a México para ser recibidos por el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas, en calidad de refugiados políticos.
En 1947 se separó de Benjamín Péret quien emigró a Paris, mientras Remedios Varo cambió su lugar de residencia a Venezuela, para 2 años más tarde regresar a México.
En 1952 se unió en matrimonio con el político austriaco Walter Gruen, quien fuese su compañero por el resto de su vida.
Murió el 8 de octubre de 1963 en la Ciudad de México, a causa de un paro cardiaco.
El misticismo que Remedios Varo plasmó en sus obras, parte de la premisa de que la magia existe. La más clara manifestación de dicha magia se encuentra en la naturaleza y todas aquellas fuerzas que están más allá del control del hombre.
En gran parte de las pinturas de Remedios Varo, los elementos arquitectónicos juegan un papel primordial, ya sea como contenedores de un espacio íntimo, que cobija los secretos de sus ocupantes, o bien al fusionarse con intrincadas formas de la naturaleza, en una simbiosis perfecta que no permite distinguir entre principio y fin de uno u otro.
La obra de Remedios Varo posee un sello característico e irrepetible: una paleta de colores vibrantes, objetos que en su constitución física engarzan elementos de ingeniería con texturas orgánicas, y un toque de esoterismo.
Es así como esta alquimista del arte supo aprovechar su capacidad para conferirle a cada cosa y cada lugar gran parte de su magia.
Una clara predilección por los gatos ha quedado plasmada en varias obras de la pintora, quien también dedicó parte de su carrera al dibujo publicitario, el cual finalmente abandonaría (a petición de Walter Gruen, su segundo esposo) para dedicarse por completo a la pintura.
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