Mi pintora surrealista favorita es sin lugar a dudas Remedios Varo, quien a modo de alquimista supo engarzar el conocimiento de ingeniería hidráulica obtenido de su padre, la fantasía que le vino de manera innata, elementos tanto arquitectónicos como de la naturaleza y su afición por los gatos para crear obras de un misticismo sobrenatural.
Ya sea por la genialidad de sus trazos o el carácter irreverente que lo convirtió en un personaje, el mayor exponente del surrealismo es Salvador Dalí a quien el excentricismo le vino de familia, prueba de ello es haber heredado el nombre de su hermano muerto bajo la premisa de que el parecido físico no dejaba duda a pensar que se trataba de la reencarnación del occiso.
La obra de Dalí permeo de la pintura, a la escultura, la escenografía, la cinematografía y su legado artístico ha trascendido a toda la humanidad.
Otros dos buenos representantes del surrealismo son Leonora Carrington que quizá por ser contemporánea de Remedios Varo, guarda ciertas semejanzas en su arte y Rene Magritte quien encabezó una tendencia del surrealismo más moderna y tendiente al diseño.