Hola a todos y bienvenidos un día más. Ya estamos a jueves y toca el post improvisado.
Últimamente mi gatito mayor no está en mi regazo. Está muy bien, no aparenta sus diecisiete años y medio, pero prefiere tumbarse sobre el terrario y en invierno sobre los radiadores. Así que lo miro y me inspiro, pero sin su calorcito.
Y ahora sin más rollo, con un café calentito y unas galletas, empezamos.
Los lectores habituales sabéis que me encanta el cine, en mi familia somos todos muy muy cinéfilos, vemos muchas pelis de todas las épocas, géneros y en la tele, cine o autocine.
Dibujo hecho por mi hija
Pues supongo que por esa afición, o porque soy así de rara, me encanta aplicar frases del cine a la vida. Todos en casa lo hacemos, pero en especial mi marido y yo, bueno y mi madre, ella más.
Y hoy me he acordado de los días rojos. Los que habéis visto "Desayuno con diamantes" sabéis perfectamente lo que son. Un día negro se tiene porque una engorda, o porque ha llovido demasiado, se está triste, nada más. Pero los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe porqué.
Yo nunca había tenido días rojos, al menos no muchos, pero últimamente sí que acuden a visitarme.
Son días en los que todo parece que va bien pero de pronto algo congela el corazón y me paraliza. Aunque a mi alrededor brille el sol el miedo extraño que me atenaza me hace sentir frío.
Lo bueno es que me ocurre cada vez menos, y se va haciendo más corto. Imagino que poco a poco volveré a recuperar la alegría, y los días rojos de mi presente serán los días azules de mi infancia, como los de mi querido Machado.
Para hablar de algo más alegre os diré que una frase que me encanta introducir en mis conversaciones es una sacada de "Descalzos por el parque", una película que me gusta muchísimo y que he visto un montón de veces. Se trata de una escena en la que Ethel(la madre de Jane Fonda) y Paul(Robert Redford) están sentados en el sofá, agotados tras una noche muy muy loca y él, abriendo y cerrando los puños, y con la sensación de que se le cae la mandíbula, dice con voz lánguida:"Míranos mamá, deshechos en la flor de la vida". Y esa frase que tanta gracia nos hace la usamos mucho. Por ejemplo, cuando vuelvo a casa después de una caminata, o cuando mi madre y yo nos metíamos una paliza para preparar algo y acabábamos agotadas, sentadas en el sofá y sin fuerzas. Lo decíamos con la misma voz quejicosa de Robert Redford, y nos reíamos un poco. Eso sí, el cansancio se nos pasaba rápido.
Y cuando mi marido y yo salimos de noche y volvemos cansados, especialmente si es un concierto de mi hijo que estamos dos horas saltando, también lo digo. En este caso el cansancio no se pasa tan rápido, jejeje.
En la misma peli hay una frase que también usamos mucho. La madre, Ethel, sube al piso de su hija desfallecida tras una eterna escalera, y al ver que el apartamente tiene más escalones, dice con voz lánguida y desesperada: Maáaaaas escalerassssss. Y nosotros lo decimos cuando vamos a un sitio que hay que subir muchas escaleras, por ejemplo el año pasado, justo tal día como hoy, en un auditorio que tenía una escalera peor de la de Hogwarts.
Y también están los tópicos: cuando se repite algo decimos que parece el día de la marmota, cuando vemos fotos o vídeos antiguos queremos el Delorean para viajar en el tiempo. Y la primera vez que fuimos de crucero, obviamente gritamos que éramos los reyes del mundo en la popa, extendiendo los brazos y regodeándonos. Bueno, nosotros y todo el mundo.
Cuando tengo que pasar por un sitio en el que hay que agacharse siempre, pero siempre, tengo a mi marido diciendo: Solo el penitente pasará. Es la frase que dicen en "La última cruzada".
Y él, que es muy de frases, cuando estamos en campo abierto o en el autocine contando estrellas, siempre mira al cielo y me dice: si estamos solos, cuánto espacio desaprovechado,¿no? Y es que Contac nos marcó, a veces me llama Chispita, somos unos obsesivos, jejeje.
Pero no os penséis que en casa hablamos declamando como en el teatro del siglo de oro o en la peli El Gran hotel Budapest, esto lo decimos en momentos puntuales. Al igual que me gusta aplicar una de las frases favoritas de mi madre, sacada de la película "El silencio de los corderos". ¿Qué codiciamos? Lo que vemos cada día. Y es una gran verdad.
Ainsss el cine, qué importante ha sido en mi vida. Todos los recuerdos que guardo son buenos. De pequeña veía mucho cine clásico con mis padres(lo que había en la tele) y me encantaba. Cuando tuve vídeo grababa algunas y las veía mil veces. Me encantaban algunas como "Capitanes intrépidos" o "Caravana de mujeres", me las sabía de memoria. Ellos sabían muchas anécdotas de las pelis, de los actores, del rodaje o curiosidades varias, y nos enriquecían y hacían disfrutar más.
En la adolescencia además de las clásicas de esa edad como "Grease" o Dirty dancing" veía en modo bucle "Rebeldes", porque yo soy muy de Coppola. Las ponía con mi hermana.
Eran pelis de tele, pero si hablamos del cine...lo que disfrutaba. De pequeña me encantaba ir con mis padres, era muy emocionante porque ellos nos inculcaban la ilusión y las ganas. Así que para mí ir a ver "ET", "La historia interminable" o "Regreso al futuro" fue más que ver pelis, era pasar tardes de risas, emoción y de conversaciones chulas después de la peli. ¿Recordáis el olor de las salas de cine de antes? Era un aroma que recuerdo a la perfección. A veces compraba palomitas y otras prefería unas chuches, pero comprase lo que comprase mi madre nos llevaba la merienda(cosas ricas, eso sí) y nos la comíamos con cuidado para no ensuciar nada.
Y en la adolescencia el cine era la primera salida que hacíamos con amigos. Era tan emocionante...Me encantaba preparame, con esa ropa ochentera, con mi colonia Don Algodón, mis pendientes enormes y mis barras de labios de brillo, sin color. Y además estaba la aventura de ir en autobús, para sentirnos mayores del todo. Qué tiempos.
Recuerdo cuando vi "Ghost". Fue en Nochevieja, el cine cerraba a las seis(antes en Navidad todo tenía otro horario) y fuimos a la primera sesión. Éramos un grupo enorme, ocupábamos dos filas de asientos. Y obviamente salimos todos llorando, jejejeje. ¡Cuánto amor nos llevamos!
También guardo muy buen recuerdo de "Llamaradas", o "El guardaespaldas"(si, es malísima) o "Pretty woman" o "Días de trueno". Las vi en pandilla y se pasaba genial.
Pero la peli que más me marcó en la adolescencia, la que años después vieron mis hijos y siempre recuerdo es "El club de los poetas muertos". Ese día aprendí lo que significaba Carpe diem. Y lo he aplicado cada día de mi vida.
También tengo muy muy buenos recuerdos del cine con mi marido(entonces novio), y del cine con mis hijos. ¡Cuántas pelis de niños he visto! Y de no tan niños, que son como yo y veían cine para más mayores, de aventuras y cosas así. Y claro, crecieron viendo Harry Potter cada Navidad. Su mundo siempre estuvo lleno de magia.
Ya empiezo a divagar, y lo que empezó hablando de mis miedos y mis días rojos se ha convertido en un repaso a mi vida cinéfila, jejejeje.
Pero como estos días estoy un poco en plan montaña rusa, volviendo a mis días rojos para decir que con ganas se puede ir avanzando, despacio, pero se puede porque la vida va borrando esos odiosos días rojos y nos va llenando de días azules, como os decía al principio, aunque a veces creamos que los días azules nunca van a llegar.
Ayer mismo, tras una larga racha de llantos, penas y tristezas, mi hermana y yo, limpiando juntas unas cosas, tuvimos un ataque de risa. Pensaba que eso no se volvería a repetir, y no fue tan largo ni tan intenso como eran los de antes. Pero nos reímos. Y por instante sentí que todo estaba un poco en su sitio.
Y más tarde, hablando por whatsapp con una amiga también me divertí. ¡Ainnns qué conversación como las de antes! Ahora ne vez de novios tenemos maridos, y también hijos mayores, pero en lo demás nada ha cambiado.
Con mucha pena creo que debo ir acabando porque me está quedando un post muy largo, y con todo este texto no he dicho nada interesante.
Como punto fInal en la semana más cinéfila del blog os diré que la vida es breve, y como diría Pau Donés es lo único urgente; hay que disfrutar. Cada uno puede disfrutar de lo que le guste, en mi caso son muchas cosas las que me gustan. Adoro ir a conciertos, viajar, leer, el campo, cocinar, escribir o pasear por la orilla del mar. Pero el cine ha llenado mi vida de magia, me ha transportado a Oz, he entrado en la madriguera del conejo blanco con Alicia, he pasado hambre con Escarlata O´hara, he estado en Fantasía y he escapado de los nazis con un viejo diario en la mano. También me he enamorado, he naufragado, he estado en la Tierra Media y he descubierto que amar es no tener que decir nunca lo siento.
Muchísimas gracias por leerme y nos vemos el sábado en el repaso semanal, con especial con post de 2015, que estoy haciendo un repaso de post antiguos.
Muy feliz día.