Sin embargo, el uso excesivo de tabletas o dispositivos móviles por parte de menores de edad preescolar evita el fortalecimiento de los lazos de afecto entre los progenitores y sus hijos.
El director de Salud Mental de la Secretaría de Salud, Félix Higuera Romero, expuso que el bebé, lactante o preescolar debe desarrollar el vínculo que en todo momento necesita con sus padres.
Cuando el niño predominantemente está enlazado con el dispositivo el vínculo se desarrolla con el aparato no con los padres y el fortalecimiento de los lazos de afecto entre padres e hijos es indispensable en momentos claves del desarrollo”, anotó.
El especialista en psiquiatría para menores y adolescentes planteó que si no se desarrolla el vínculo entre padres e hijos en los primeros años de vida, se presentan inseguridades, conductas oposicionistas y de protesta.
Asimismo, anotó, se pueden manifestar vínculos desorganizados, en los que la criatura manifiesta indiferencia a esas respuestas de afecto o de arrullo que los padres esperan que el niño desarrolle.
Higuera Romero planteó que el apego de los menores a las tabletas o dispositivos móviles también afectan las habilidades de comunicación y de lenguaje.
Además, abundó, las de coordinación motriz gruesa y fina, entre muchas destrezas que se deben ir incorporando en función de los estímulos que les va determinando la edad.
A través del uso de dispositivos móviles, los menores están expuestos al estímulo luminoso con sonido que les atrae; “como padres puede ser muy interesante que nuestro hijo tiene esa facultad de aprender y mover la aplicación, de descubrir”, mencionó.
Expuso que a través de las tabletas los menores descubren y aprenden, lo cual es positivo, sin embargo hay todo un mundo de aprendizajes que el menor deja de hacer por estar de manera predominante expuesto a la tableta o el celular.
Las tabletas y celulares son el tranquilizador, los que mitigan el berrinche, los entretienen para que la mamá siga con lo suyo”, anotó el especialista.
Es un medio que utilizan los adultos para que los hijos estén entretenidos y puedan cumplir con sus labores, por lo que aquí el problema es de las personas adultas y no de los menores, comentó.
Señaló que los niños pueden aprender bastante con el uso de la tableta o el celular, pero cuando el menor se educa de manera rápida a vivir una experiencia emocional, irá aprendiendo en forma equivocada a vivir experiencias de manera inmediata.
De esa forma, indicó, no desarrolla la tolerancia, la paciencia y el control emocional suficiente.
Muchos padres presumen que su hijo ha aprendido los colores a través del uso de dispositivos móviles, pero eso sucede por un proceso de memorización sin razonamiento, ni sentido de la lógica y sentido común, comentó.
Estableció que al exceder el uso de tabletas o dispositivos móviles por parte de los menores, todo lo que debe aprender de la vida cotidiana se hace en forma mecánica y no se incorporan otras destrezas de manera simultánea y equilibrada.
Sin embargo, añadió, no hay que privar a los menores de ese tipo de artefactos porque también es uno de los múltiples aprendizajes que deben incorporar, pero lo importante es que no se excedan los tiempos que pasan frente a los dispositivos.
Así que no te sientas mal de prestarle tu celular al pequeño que no te deja hablar con el cajero del banco, solo sigue tus instintos cuando de tiempo frente a la pantalla se trata.