Frente la pregunta "¿qué es el arte?", resulta prácticamente imposible, para muchos, dar una respuesta atinada y otros empezarán el tórrido debate entre lo que sí es y lo que no es arte, harán la comparación entre bellos cuadros renacentistas y dudosas bolas de papel A4, siendo este último ejemplo el que hace referencia directamente al arte contemporáneo, al conceptual. Una corriente que el doctor e historiador James Fox nunca entendió realmente, y del que quiso buscar y encontrar respuestas con el documental, producido por la BBC, Whos Afraid of Conceptual Art?
Antes del siglo XX, todo iba bien; el arte era identificable, hermoso, apreciable, a menudo caro, y con cierto grado de entendimiento. No fue hasta 1917, fecha en la que Marcel Duchamp creó Fountain (metiendo un orinal firmado en una exposición afirmando que era arte), cuando se desató el infierno, generó dudas, objeciones y todo tipo de preguntas que colocaban en la cuerda floja la importancia del objeto por encima del concepto. Y fue así como empezó a tratarse el arte conceptual con incredulidad por críticos, historiadores y artistas defensores del arte clásico, una postura que secunda la gran mayoría de personas que no forman parte activa del mundo del arte. Por ello, Fox decidió contestar tres preguntas clave: "¿qué es el arte conceptual?", "¿cómo debemos abordarlo?" y "¿por qué debería importarnos?" y con un viaje entre pasado, presente y futuro examina una selección de las ideas conceptuales y obras de arte más influyentes, junto con los principales impulsores de esta corriente en la actualidad, tratando de presentar una especie de guía de mente abierta para los perplejos y no creyentes sobre el tema del arte. Sobre estas líneas puedes ver el documental Whos Afraid of Conceptual Art? (¿Quién le teme al arte conceptual?), de James Fox, completo y subtitulado en español. Posteriormente, Piero Manzoni tomó la idea de este nuevo movimiento de manera literal y en 1961, puso excrementos en 90 latas de metal, las etiquetó literalmente con las palabras "Mierda de Artista" y vendió cada una al peso en base a la cotización del oro en ese momento. El artista, creó así, además, la presunción más inteligente en el arte, ya que nadie abriría jamás la lata y por lo tanto, nunca podrá estar completamente seguro de lo que hay dentro sin destruir la pieza y su valor.
Y así llegamos a la década de los 60 y 70, cuando comenzó el auge del arte de la interpretación: vaso de agua en un estante, Yoko Ono, disparos, Chris Burden, Walter de Maria, etc. definiendo esta corriente iniciada por Duchamp como el arte que no tiene un único modo de existencia objetual y llevando la experiencia estética más allá de la materia.