Con nuestro reciente viaje a Asia (Vietnam y Camboya) he querido traer al blog también aquella primera visita a oriente, que aunque fuera unos cuantos miles de kilómetros más cerca, ya nos cautivó en su momento.
Estambul fue nuestra primera parada en Oriente, para más adelante continuar hasta la mágica tierra de las chimeneas de hadas y los desiertos de colores, la Capadocia.
En este post quiero compartir con vosotros 10 sugerencias sobre cosas que ver y hacer durante vuestra estancia en Estambul.
1. Las mezquitas menos turísticas de la ciudad
Por supuestísimo que hay que dedicarle un día entero a visitar los grandes monumentos como la Mezquita Azul o Santa Sofía, pero no por ello dejéis de lado las mezquitas más pequeñas, o menos turísticas, pues es allí donde encontraréis los ambientes más auténticos, y las escenas más peculiares.
Fuente de abluciones de la Mezquita Nueva (Yeni Camii)
Recordad que las mujeres tenemos que cubrirnos la cabeza (y los hombros) con un pañuelo, y no ir en pantalón corto para visitar estos lugares sagrados. Y absolutamente todo el mundo tiene que entrar con los pies descalzos.
Algunas de estas mezquitas son:
Yeni Valide Camii. En el distrito de Üsküdar, fue construida en siglo XVIII por la madre del Sultán Ahmed III.
Yeni Camii o Mezquita Nueva. Construida entre los siglos XVI y XVII, es bastante impresionante con sus sesenta y seis bóvedas y semi-bóvedas en una estructura piramidal.
Süleymaniye Camii. Construida por el arquitecto imperial de Soleiman el Magnífico, Mimar Sinan, en el siglo XVI es la mezquita más grande de la ciudad. Tiene un cementerio adjacente que también merece la pena visitar, junto con el mausoleo de Soleiman y su esposa.
Kiliç Ali Pasha Camii. En el barrio de Tophane dentro del distrito de Beyoğlu, fue construida por Mimar Sinan cuando este tenía ya más de 90 años.
Nusretiye camii. Se encuentra también en Tophane, y lo que la hace única es el estilo barroco que incorpora a los elementos islámicos. Data principios del siglo XIX
Atik Valide Camii. La última gran obra de Mimar Sinan, se encuentra en el barrio de Üsküdar.
Çinili Camii. También en Üsküdar, es conocida como “la mezquita de los azulejos”. Es de un tamaño reducido, pero realmente hermosa. Los azulejos son de Iznik, al igual que los de la mezquita Azul.
Yeni Valide Camii
Nusretiye camii – Tophane
Yeni Camii desde Puente Galata
2. Santa Sofía. De Catedral Cristiana, a Mezquita y Museo en 15 siglos
La ‘Divina sabiduria‘ o Hagia Sophia es la antigua catedral cristiana de Constantinopla (la actual Estambul) construida del 532 al 537, durante el mandato de Justiniano I en la entonces capital del Imperio romano de oriente.
Fue convertida en mezquita en 1453 por el sultán Mehmed y finalmente en un museo en 1935 cuando Kemal Atatürk, retiró las alfombras y los yesos que cubrían los mosaicos y decretó la prohibición específica de utilizar el edificio como iglesia cristiana o como mezquita musulmana.
Nosotros la vimos rodeada de andamios, pues nuestra visita pilló en medio de esos 17 años que ha durado la restauración del edificio pero por suerte, desde principios del 2011 puede visitarse por fin sin obras.
Con o sin andamios, es una visita imprescindible y que no puedes perderte en tu visita a Estambul.
3. La Mezquita Azul, la mezquita más orgullosa del mundo
La Mezquita Azul o Sultanahmed Camii es una de las mezquitas más famosas del mundo, y es considerada la última gran mezquita del periodo clásico otomano.
Cuando se supo en 1610 que la mezquita tendría 6 minaretes, se acusó al sultán de orgulloso, pues en aquel entonces, solo la mezquita de La Kaaba en la Meca poseía tal número. La solución para evitar formar un revuelo fue construirle un minarete más a La Kaaba, y fin del problema. ¡Si será por minaretes!
La sensación de simetría, inmensidad, delicadeza y grandiosidad que uno tiene sentado en el suelo, observando los más de 20.000 azulejos que recubren el interior de la mezquita, es impresionante.
La entrada a la mezquita es gratuita y libre para cualquiera fuera de las horas de oración.
4. Cisterna de Yerebatán, de las más conocidas de la ciudad.
Este mágico lugar, unos metros bajo tierra a apenas 200 metros de Santa Sofía, fue construido para abastecer de agua al extinto Gran Palacio de Constantinopla.
El abastecimiento de agua ha sido un problema constante en la historia de la ciudad, y es por eso que se encuentran tantas cisternas repartidas por todo Estambul.
En estas cisternas subterráneas no solo se recogía el agua de lluvia sino que también se canalizaban manantiales subterráneos que garantizaban el suministro de la ciudad, incluso en una situación de emergencia como sequías, un saqueo o un asedio.
Con una superficie de casi 1000m cuadrados, y sus 336 columnas de 9 metros de altura, la Cisterna de la Basílica de Yerebatan es la más impresionante de la ciudad. Una espectacular iluminación y una relajante música de fondo hacen de la visita una experiencia a recordar para el visitante.
Sin duda, uno de los lugares que más me impactó de la ciudad, pues no había visto fotos antes de ir y no me lo esperaba. Totalmente recomendable.
5. El Palacio Topkapi, las mil y una noches hechas en piedra.
Rincones de otro tiempo excepcionalmente conservados en los más de 700.000 metros cuadrados llenos de patios, jardines y edificios palatinos.
El palacio se encuentra ubicado entre el cuerno de oro y el mar de Mármara lo que le otorga una posición estratégica para controlar la entrada y salida de embarcaciones y unas vistas impresionantes desde sus miradores.
Ya en el siglo XV se hizo famoso por su harem, (formado por más de 500 mujeres) y controlado por la Valide Sultan, la madre del sultán.
Al igual que Santa Sofía, el palacio fue convertido en un museo imperial por el Presidente Kemal Atatürk.
6. Kapalicarsi, el Gran Bazar y Misir Carsi, el Bazar de las Especias.
Situado en el centro de la “ciudad vieja”, en la parte europea de Estambul el llamado Gran Bazar tiene más de 58 calles y 4.000 tiendas. Es el bazar más grande de la ciudad y uno de los más grandes del mundo desde el siglo XV.
Aquí podréis encontrar todo tipo de objetos, pero sobre todo, tejidos, alfombras, orfebrería y cerámica.
Por otro lado, en Eminönü podemos encontrar el Bazar de las Especias, el segundo más grande de la ciudad. Está construido en forma de L y cuenta con 6 puertas de entrada. Es un mercado muy colorido y visitarlo es un placer para los sentidos.
Es un lugar interesante para comprar productor típicos turcos, quesos, especias, dulces, frutos secos o té.
7. El Estambul de los barrios
Lo mejor para impregnarse del carácter de la ciudad, es sencillamente perderse por sus calles y descubrir el encanto único de cada uno de sus barrios.
El barrio Gálata. Pertenece al distrito de Beyoglu, en la orilla norte del Cuerno de Oro, y discurre a las faldas de la colina de Gálata, en cuya cima se alza la torre del mismo nombre, uno de los monumentos emblemáticos de Estambul, visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Es posible subir a la torre para admirar las increíbles vistas, aunque nosotros no subimos pues estaba cerrada (cierran a las 18:00).
La torre está conectada con la plaza Taksim a través de Istiklal Cadessi, una elegante avenida peatonal donde se pueden ver los típicos tranvías y encontrar todo tipo de comercios, bares y restaurante.
El barrio de Kadirga es un barrio cercano al antiguo Hipódromo de Constantinopla. Alejado del turismo, es un lugar que te sorprende con sus casas de madera, sus calles estrechas y su ritmo pausado, comparado con el de otros barrios de la ciudad.
El barrio de Kumpaki, cercano a Kadirga, es famoso por los restaurantes de pescado y el kumpaki balik Pazar, un mercado de pescado fresco que sirve directamente la mercancía a los restaurantes de la zona. Se puede pasear por la orilla del Mármara mientras ves como los niños saltan al agua desde rocas llenas de cristales rotos de las botellas que los mayores rompen con escopetas desde el muelle.
El barrio de Üsküdar, en la parte asiática, nos espera con sus preciosas mezquitas escondidas, sus mercados callejeros multicolores, sus empinadas cuestas y su paseo que discurre paralelo al mar, y desde donde se pueden contemplar los mejores atardeceres de Estambul.
8. La última parada del Orient Express, la estación de Sirkeci
El edificio de Sirkeci, que conserva su encanto original, se encuentra en Eminönü ,el corazón turístico de Estambul.
El edificio principal se inauguró en 1890 y su inauguración coincidió con la prolongación del mítico Orient Express hasta Estambul en el que se tardaban 80 horas en alcanzar Constantinopla desde Paris.
A parte de los trenes regionales que cubren la pequeña fracción europea de Turquía, desde Sirkeci parte un expreso diario que conecta con Salónica en Grecia y trenes que conectan con Bucarest.
Por el contrario, si nuestra intención es tomar un tren hacia la Capadocia, tendremos que comprar nuestros billetes en la estación de Haidarpasha, aunque se encuentra actualmente cerrada por obras de mejora.
Estación de Haidarpasha
9. Tour por el Bósforo
Los que viajáis a menudo sabéis que a veces pasa que cuando estáis cierto tiempo en un sitio, se os queda una musiquilla en la cabeza con las cosas que escucháis repetidas veces a lo largo de vuestra estancia. Si en Perú fue “Selva, Selva, Quillabambaaaa”, y en Camboya “Need Tuk, Tuk?”, en Estambul fue “Bosforo’s! Bosforo’s! BOSFORO’S TOUR!” repetido hasta la saciedad por los vendedores de billetes en el muelle de Eminönü.
Existen excursiones privadas para recorrer el Bósforo, pero nosotros decidimos subirnos a un ferry público que cuesta unos 4€ de ida y vuelta y cada trayecto dura como 90 minutos.
El paseo es muy hermoso, y es un lujazo contemplar la ciudad con sus construcciones griegas y otomanas del siglo XIX, palacios, mezquitas, la fortaleza de Rumeli , el puente del Bósforo, o los pueblos de pescadores mientras te relajas sentado en la cubierta del barco bebiendo té o una Efes bien fría.
10. Ocasos de leyenda en una ciudad mágica
Es otra cosa que me llevé en la memoria para siempre de la mágica Estambul. Los increíbles atardeceres que se pueden contemplar desde lugares tan increíbles como el Parque Gülhane, el paseo marítimo o las colinas del barrio de Üsküdar o cruzando el Bósforo de la orilla europea a la asiática para volver a casa después de un largo día de experiencias visitando la ciudad.
Como ya nos pasó viendo atardecer en el Valle de la Luna, en Chile, por lo espectacular del paisaje, ver ponerse el sol en el Bósforo, rodeado de edificios centenarios, de culturas diferentes, entre dos continentes distintos, es uno de esos momentos que recuerdas en el futuro y que no se te borran de la memoria por mucho tiempo que pase.
Esperamos que os hayan gustado nuestras 10 sugerencias de cosas que ver y hacer en Estambul, aunque, obviamente es una ciudad que esconde mucho más. ¿Qué otras visitas añadiríais?
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