Eslovaquia no es uno de los países más visitados por los viajeros mexicanos. Pero su privilegiada posición en el centro de Europa la colocan cada vez más como parte de las rutas por el viejo continente.
Si eres uno de los viajeros en ruta por Europa, y te decides a visitar Eslovaquia, te dejamos algunas recomendaciones de qué visitar en Bratislava.
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1.- El castillo de Bratislava
Dominando la ciudad histórica desde lo alto de una colina, el castillo de la ciudad se levanta en el punto desde el cual Bratislava comenzó a crecer.Desde la edad de piedra los celtas habitaban esta elevación y ahí construyeron una pequeña ciudad fortificada, Oppidum.
Más adelante hubo otros asentamientos fortificados, pero no fue hasta el siglo XV que la ciudad tuvo un castillo de estilo gótico.
La fortaleza se reconstruyó en los siglos XVI y XVII en estilos renacentista y barroco para ajustarse a los cánones estéticos de su época.
Tuvo su restauración final en 2008, con lo cual recuperó todo su esplendor. Hoy, además de conocer el edificio, su interior es una de las principales sedes del Museo Nacional Eslovaco, y por ende esencial para conocer este lejano país.
2.- Los pequeños Cárpatos
Antes de 1993, Eslovaquia era parte de Checoslovaquia, y eso significó que tras el fin de la Segunda Guerra Mundial quedó detrás del telón de acero.
Sin que fuera algo conocido como el Muro de Berlín que separó Alemania en dos, fronteras igualmente fortificadas existían entre las dos mitades de Europa, y al estar tan cerca de Viena, Bratislava era una de las fronteras más importantes de la Guerra Fría.
Sin embargo, esto ayudó a que la ciudad se mantuviera compacta, y que hoy se mantenga rodeada de espectaculares escenarios naturales que, de otro modo, tal vez hoy no existirían.
Uno de los mejores ecoturismo en Bratislava son los Pequeños Cárpatos, una serie de 14 zonas protegidas en todo el país.
La más meridional de todas ellas, se encuentra dentro de los límites de Bratislava, y para conocerlos hay que dirigirse a Devínska Kobyla, una colina de 514 metros al norte de la ciudad, cuyos bosques crecen junto al río Morava.
Se puede llegar hasta el lugar a pie o en bicicleta, y pasar un día entero disfrutando de la naturaleza en todo su esplendor.
3.- Casa Museo de Johann Nepomuk Hummel
Durante el siglo 18 Bratislava, entonces llamada Presburgo, era parte del Imperio Húngaro que abarcaba desde Austria a Ucrania.Como tal, desarrolló su propia cultura de música clásica, dentro de la cual destaca uno de los hijos pródigos de la ciudad, Johann Nepomuk Hummel.
Alumno de Mozart y Haydn y maestro de Chopin, Hummel se distinguió por su trabajo para el piano, donde compuso 8 conciertos y 10 sonatas. Hasta hoy es considerado uno de los mayores virtuosos de este instrumento.
La modesta casa color ocre donde Hummel nació, aún se conserva y es hoy un museo del compositor, parte de los muchos pequeños recintos culturales en Bratislava.
El boleto de entrada también permite visitar el museo de Arthur Fleischmann, el más reconocido escultor de Eslovaquia y quien vivió casi 100 años, falleciendo en 1990.
4.- Slavin Memorial
Durante la Segunda Guerra Mundial, Checoslovaquia fue una de las primeras naciones en caer ante el ejército Nazi, y un grupo de eslovacos uno de los primeros aliados internacionales de Adolf Hitler.Hacia el final del conflicto, un fiero combate para liberar Bratislava causó estragos en la zona, y costó la vida a casi 7,000 soldados soviéticos.
Otra de la ciudad fue elegida como lugar para un memorial en su honor.
Los viajeros en ruta por Bratislava tienen dos opciones para llegar a este punto, ubicado en uno de los barrios diplomáticos de la ciudad.
La bicicleta lleva en un rápido recorrido al lugar, mientras que una caminata tomará cerca de 30 minutos de viaje.
Desde la cima, se tienen las mejores vistas de toda Bratislava, y es también uno de los lugares favoritos para las parejas que quieren pasar el tiempo juntos.
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