Postales desde el limbo #2021

Quiero contarte algo que lleva desde el verano cosquilleándome por dentro. Si te soy sincera, siempre he sido muy crítica con mis dibujos y es que, aunque pinto desde que tengo uso de razón, al no haber estudiado nada formal sobre arte siento que en este mundillo estoy, como quien dice, “en pañales”.

Eso sí, desde que retomé en serio las acuarelas hace dos años y pico, no he dejado de curiosear. He visto tropecientos vídeos en YouTube, leído un buen puñado de libros sobre dibujo e ilustración, indagado en blogs y hecho algún que otro curso básico. He saltado de las acuarelas al gouache, a la tinta china y a los lápices de colores; practicando, practicando y practicando sin descanso. A la fuerza, he ido aprendiendo y mejorando... y hoy salgo de mi zona de confort hablándote por aquí de un proyecto artístico maravilloso en el que he participado.



Conocí la iniciativa Postales desde el limbo allá por 2016, gracias a un amigo que iba en busca y captura de la postal que Mar Villar, una de mis ilustradoras favoritísimas, había donado a la exposición. Desde entonces he acudido año sí y año también (bueno, menos en 2020, que se suspendió como tantas otras cosas) a dejarme encandilar por las obras originales que, cada noviembre, invaden las paredes del Cuarto Espacio de la Diputación de Zaragoza.

Cuando este verano salió la convocatoria para la XI Edición de Postales desde el limbo –que tendrá lugar del 26 al 29 de noviembre– me inscribí para participar casi sin pensarlo. Me mandaron los soportes para pintar una o varias postales que donar a la iniciativa y allá que me lancé. Pero bueno, ¡que aún no te he contado de qué trata exactamente esta iniciativa!

LIMBO.

Del lat. limbus. 1• (m)
Lugar donde reposan las almas
a la espera de que el creador
decida su destino.

¿Qué es Postales desde el Limbo?
Postales desde el Limbo es una Exposición de Arte solidario en formato postal que, desde el 2008, se realiza una vez al año en Zaragoza.

“En cada edición un gran número de artistas consagrados y emergentes, de manera altruista, realizan una o varias postales. La organización proporciona a los artistas el soporte de 13×18 cm, para que sean todos iguales. La gracia y el interés especial de Postales desde el Limbo radica en que la persona que compra no sabe de quién es la obra que está adquiriendo hasta que la tiene –ya que el nombre aparece en la parte de detrás de la postal–. Sólo se dejará llevar por la fascinación que la misma ejerza sobre él, teniendo la suerte de poder comprar la obra original que le guste, ya sea de una primera figura o de un artista novel. El precio de la postal varía, el primer día 40€, el segundo a 30€, el tercer día a 20€ y último día a 10€.”

“Todo el beneficio de la Exposición Postales desde el Limbo se destina a la Fundación Centro de Solidaridad de Zaragoza – Proyecto Hombre, que se dedica desde hace más de 30 años a ayudar a personas con problemas de adicción.”

Fuente: www.postaleslimbo.com

En su web tienes muchísima más información si te apetece profundizar. Este año han batido récord y por primera vez tuvieron que cerrar las inscripciones porque la cosa se iba de madre ¡más de mil participantes! Entre ellos, la que aquí escribe. Y, como no podía ser de otra manera, las postales que he donado son muy gatunas.

Las pinté en septiembre, al poco de adoptar a mi gatete Óliver, que fue mi modelo y musa en el dibujo a lápices de colores. El otro dibujo lo pinté con gouache. Si has leído “El principito”, de Antoine de Saint-Exupéry, seguro que pillas el concepto al vuelo (y si no lo has leído, ¡ya estás tardando!) Me hubiese gustado pintar una tercera postal con acuarela, ya que me enviaron tres soportes, pero entre unas cosas y otras lo fui dejando y al final se me echó el tiempo encima. En fin ¡para otro año será!








Si vives en Zaragoza y quieres pasarte por la Exposición, estará del 26 al 29 de noviembre en el Cuarto Espacio de la Diputación Provincial de Zaragoza (C/ del Coso nº 44).

Ahí lo dejo. Me parece un planazo para una fría tarde de otoño: te acercas al Cuarto Espacio, ves las miles de postalitas adornando las paredes (ojo, cuanto más tarde vayas menos postales habrá, porque la gente las va comprando ), si alguna te hace tilín, te la quedas y después entras en una cafetería calentita del centro y meriendas un buen tazón de chocolate con churros (con cuidado de no manchar la postal que atesoras, jajaja).

Yo no faltaré a la cita (;