Los países africanos y sus crecientes deudas con China
Un punto importante que hay que tener en cuenta es que, incluso antes del brote del coronavirus, existía una preocupación creciente en varios países en desarrollo de África y Asia con respecto al nivel de acumulación de la deuda con respecto a China, que se debía en gran medida a los proyectos de infraestructura relacionados con la Iniciativa del Cinturón y la Carretera (BRI).
Muchos observadores han argumentado que las deudas insostenibles o lo que muchos analistas han denominado “trampa de la deuda” aumentan la dependencia de China. Un informe detallado publicado en 2018, por el Centro Belfer de Ciencia y Asuntos Internacionales, calificó el fenómeno de que China conceda préstamos a los países en desarrollo que a menudo no pueden devolverlos, como ‘diplomacia de la deuda’.
En un informe publicado por el Centro para el Desarrollo Mundial (CGD), Washington DC, en 2018, se hacía referencia al aumento de la deuda de varios países africanos, pero se citaba a Djibouti en una situación especialmente vulnerable. La nación de África oriental, junto con Maldivas, Laos, Montenegro, Mongolia, Tayikistán, Kirguistán y el Pakistán, había sido clasificada por el CGD en una categoría de “alto riesgo de endeudamiento”. Dado el creciente número de casos de coronavirus en el país (al 28 de abril de 2020, el número de casos superaba con creces los 1.000) y el impacto general de la pandemia en la economía del país, es posible que aumente la dependencia de Djibouti respecto de China. Se estima que la deuda de Djibouti con China asciende ya al 70% del Producto Interior Bruto del país.
Entre las importantes inversiones chinas en Djibouti figura la Zona de Libre Comercio Internacional de Djibouti (DJIFTZ). Este proyecto, cuyo costo se estima en 3.500 millones de dólares, fue emprendido por China en cooperación con el gobierno de Djibouti. Djibouti es un país de importancia estratégica y la DIFTZ alberga una base militar china.
También sería pertinente señalar que China también tiene una participación del 20% en la Terminal de Contenedores de Doraleh (que se disputa entre Djibouti y un operador con sede en Dubai, DP World, que se encuentra dentro de la DIFTZ). Uno de los proyectos importantes emprendidos por China es una línea de ferrocarril que conecta la DIFTZ con un suburbio de Addis Abeba, la capital de Etiopía. El proyecto de 4.000 millones de dólares fue financiado en su mayor parte por China.
¿Empezarán los países africanos a reevaluar los lazos económicos con China?
En un mundo post-coronavirus, existe la posibilidad de que África reevalúe sus lazos económicos con China. Varios países ya han empezado a aludir a la necesidad de renegociar los préstamos chinos. Un ejemplo de ello es Tanzanía. El Presidente de Tanzanía, John Magufuli, que instó a los acreedores internacionales a condonar las deudas de las naciones africanas, ha decidido cancelar un préstamo chino estimado en 10.000 millones de dólares. El acuerdo de préstamo fue firmado por su predecesor Jakaya Kikwete para la construcción de un puerto en el arroyo Mbegani en Bagamoyo. Algunas de las principales condiciones del préstamo (denominado “préstamo chino asesino”) eran: un arrendamiento ininterrumpido de 99 años para China y que Tanzanía no pudiera plantear ninguna duda respecto de quién invierte en el puerto durante el período de arrendamiento. Después de asumir el cargo, el actual presidente redujo el período de arrendamiento a 33 años, y ese permiso sería necesario para iniciar nuevos proyectos. El Presidente de Tanzanía declaró que los términos y condiciones del préstamo eran sesgados y difíciles de aceptar.
Renegociación de proyectos
En el pasado, China se ha visto obligada a renegociar proyectos como el puerto de gran calado de Kyaukpyu, cuyo costo se redujo de más de 7.000 millones de dólares a 1.300 millones de dólares. El gobierno de Myanmar se enfrentó a la presión interna, viéndose obligado a renegociar después de que vio cómo el polémico puerto de Hambantota se entregaba a China por un arrendamiento de 99 años, ya que no podía pagar los préstamos. China también se vio obligada a replantearse las condiciones de este proyecto, ya que fue objeto de críticas por muchos de sus proyectos de infraestructura en el BRI por ser económicamente insostenibles.
Si bien los países no sólo de África, sino también de Asia que se sienten incómodos pueden negociar los términos y condiciones de los préstamos con China, mucho dependerá de si los países, especialmente los Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, India y los Estados miembros de la Unión Europea, que han estado tratando de ofrecer un modelo alternativo al proporcionado por China a África, son capaces de cumplir. Los Estados Unidos han creado la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (IDFC) con el objetivo de mejorar las inversiones de los Estados Unidos en África. El Japón, Corea del Sur y muchos otros países también han prestado asistencia a África para luchar contra la pandemia de coronavirus. Queda por ver en el mundo posterior al virus coronario si la IDFC, a la que se han asignado 60.000 millones de dólares, puede realmente desempeñar un papel eficaz. También es más necesario que los Estados Unidos colaboren con la Unión Europea, el Japón, Corea del Sur y la India para ayudar a África a reconstruir su economía en un mundo posterior a la crisis de COVID-19. Una cosa es cierta, muchas naciones africanas podrían presionar a China para que renegocie los proyectos de infraestructura y también para que reduzca su carga de deuda. Incluso líderes occidentales como el Presidente francés Emmanuel Macron han argumentado que si China realmente quiere ayudar a África, debería proporcionar alivio de la deuda.
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